"Cinco Estrellas"

Esta vez ha sido el Ford Mustang, un modelo recientemente comercializado en nuestro continente –aunque se lanzó en 2015-, e infinitamente mejorado respecto a versiones anteriores, el que se ha llevado un “cate” a lo grande en las pruebas de seguridad europeas del EuroNCap. Dos míseras estrellas ha conseguido el flamante coupé yankee, en neto contraste con las cinco –y porque no hay más- que conseguía el Volvo S90 en la misma tanda examinada.

Así, dicho en frío y puesto blanco sobre negro la cosa resulta tan clara como dramática: el Mustang es un coche potencialmente peligroso y el Volvo es un coche potencialmente indestructible. Sin embargo, si hacemos los matices y aclaraciones pertinentes veremos como “ni tanto, ni tan calvo”, aunque el Volvo siempre sacará ventaja prácticamente a cualquiera ya que… coño, es un Volvo.

Bueno, a lo que íbamos. El maltrecho Mustang (al que no le debo nada más que justicia y con cuya marca no nos hablamos) pasó con nota las pruebas de choque a las que fue sometido en su país natal, tanto las gubernamentales del NTSA como las privadas del IIHS (de dureza extraordinaria, dicho sea de paso), ¿cómo se pudo hundir pues en las pruebas europeas?.

Bien, pues quedaos con la palabra clave “choque”. Eso es básicamente lo que miden los organismos norteamericanos. Su resistencia a ellos y las posibilidades de supervivencia de los pasajeros. Sin embargo, EuroNCap va más allá y reserva parte de su puntuación a los sistemas de prevención del accidente o de seguridad activa. Por ejemplo los sistemas ABS y ESP, los pretensores en los cinturones, amén de airbags de conductor y acompañante, y más tarde los laterales. En un loable intento por hacer que todos esos avances llegaran a hacerse obligatorios el organismo negaba su máxima puntuación a aquel modelo que careciera de ellos, con el consiguiente “estigma” en el mercado de cara a sus ventas. La idea era fantástica… en un principio.

Porque desde hace un par de años la cosa se ha ido un tanto de madre.
Empezó con los sistemas de protección de peatón –que sí, que están muy bien, pero se trata de no atropellar nunca a nadie- para seguir con la última batería de “avances indispensables” en la seguridad del automóvil. Así, no habrá cinco estrellas para aquellos coches que no cuenten –aunque sea en opción- con asistente de cambio de carril, sistema de frenada de emergencia, avisador de objetos en el ángulo muerto, avisador de distancia de seguridad… y otros tantos. Equipamientos que, hoy por hoy, el Mustang no contempla, como tampoco lo hace Dacia, que tampoco obtuvo una gran nota.

Este asunto es curioso, porque dado que se trata de equipamientos que puede o no escoger el comprador y puede activar y desactivar a su antojo… ¿por qué no contemplar también la estampita de San Cristóbal o el antaño famoso “Papá no corras”? Pueden o no pueden prevenir el accidente, queda a discreción del conductor, como muchos de los sistemas antedichos.
Creo que EuroNCap está yendo demasiado lejos en su atribución de funciones, y debería ponerle freno o generar una segunda clasificación que no distorsionara la nota del impacto corriente y moliente de cada modelo “testado”.

Así las cosas y por acabar de manera justa con el deportivo Ford (al César lo que es del César… y a Dios lo que es de Dios) diré que ni siquiera con valores de hace tres o cuatro años hubiera obtenido la máxima puntuación, ya que ciertamente sus resultados en protección a los pasajeros traseros han sido bastante pobres. No obstante, no es un coche de 2 estrellas.

Pero los americanos han tomado nota, y de la misma manera que los fabricantes han tomado la medida a las pruebas de consumo y emisiones para que les salgan unos resultados de matrícula de honor, la marca de Detroit ya ha anunciado que el Mustang 2017-2018 vendrá con tooooodo lo necesario para que el nuevo coche consiga sin despeinarse las cinco estrellas en su próximo EuroNCap. Ojalá, pues aunque ya es seguro, según el uso que hagamos de ello, lo será algo más.