by AUTODOMINIS
EDITORIAL

"Política sobre ruedas"


Permitidme que en esta ocasión me aleje del tema estacional para ocuparme de otro tan caliente como el periodo estival que nos ocupa. Hablo de los coches oficiales, es decir, los automóviles a disposición de los políticos.

Es un debate que no pocos medios, especializados o no, han avivado entre los ciudadanos. A preguntas tan capciosas como inocentes –no es algo que vaya a pasar por mucho que se diga- del tipo “¿Habría que quitar el coche a los políticos?” una aplastante mayoría del pueblo no duda en dejar a nuestros próceres desplazándose a patita o con metrobús, a lo sumo.

Estoy deacuerdo en que casi la totalidad de la casta política española no merece más transporte que ocupar la zona de carga de un camión de la basura, mejor metáfora imposible, pero abogar por prescindir del numerosísimo parque móvil ministerial así, de sopetón y a golpe de pataleta, nos deja a la altura del consejo de ministros y sus 145.670 decretos ley a la “mecagüendiez” de cada viernes.

Flaco favor le haríamos a la ya vapuleada industria del automóvil. Y a los chóferes y mecánicos cuyo trabajo depende de la flota gubernamental. Pensemos también en ellos, pensemos con sentido, pensemos en eficiencia. Demostremos que somos más inteligentes que nuestros mandatarios.

El caso es que el cachondeo de nuestra administración con sus flotas viene de tiempos mejores, y puesto que ahora nos toca vivir tiempos peores a todos los ciudadanos de esta piel de toro, resultaría oportuno que quien ha de dar ejemplo, lo dé de veras.

Yo no abogo por eliminar los automóviles oficiales, pero sí por reducir su número a los meramente necesarios –daos cuenta que ni siquiera digo imprescindibles- y, lo que es más importante, adaptarlos a la nueva coyuntura que esta crisis ética y económica nos ha traído.

Me explico. ¿De verdad son necesarios 2.000 coches de gama altísima? ¿No bastaría con algo intermedio, más o menos de lo que un español medio se puede permitir? Y siendo el sexto país productor de coches del mundo… ¿Merece la pena traerlos de fuera? Otra cosa más, en esta mundo ecoguay que nos estamos montando… ¿Es lícito pasearse del congreso a casa y de casa al congreso con un automóvil que consume 12 litros de combustible en ciudad?

Creo que la mayoría de necesidades “transportivas” de la casta se solucionarían de una manera económica, sencilla y sincera a nada que se sustituyeran unos coches por otros más en consonancia con nuestra realidad. Donde llega un Audi A8 también llega un Renault Megane Dci fabricado en Valladolid, mucho más económico de adquirir y mantener. O un Focus C-Max TDci de Almusafes si nos ponemos caprichosos con el espacio. O cualquier Citroen salido de la planta de Vigo, Nissan de Barcelona, furgoneta Mercedes de Navarra u Opel Meriva -como coche de contingencia- fabricado en la maña Figueruelas. Valgan éstos simplemente como ejemplos, ahorrándome SEAT por puro obvio.

Ahora algunos me hablarán de las necesidades de seguridad y el imprescindible blindaje, y yo tentado estoy de decirles que ciertas dosis de peligro vienen asociadas a determinados cargos. Es como ser minero y exponerse a acabar con los pulmones hechos trizas. Aceptas el riesgo, adelante, ¿No? Mejor que busques otro oficio.
Pero no quiero caer en el fácil populismo con tan razonable respuesta, y yo abogo por los nuevos materiales de lucha antiterrorista que ya se están montando en otros países.
Kevlar, fibras reforzadas, policarbonatos, materiales cerámicos, PVB … hacen que los nuevos “coches acorazados” pesen la mitad que los que actualmente tenemos sin merma de la seguridad de sus ocupantes. Parece mentira, pero yo tengo un amigo en Sao Paulo con un Golf GTi con protección antimina, antitanque, antimisil y antigripal. ¿El coste? Muy elevado. Pero si un Audi A8 (perdón que insista con el modelo, pero es de lo más frecuente en el parking de la cámara baja) cuesta 100.000 euros y otro cualquiera de los anteriormente propuestos no supera los 28.000 de factura, tenemos un buen margen para gastarlo en lo último de lo último… Ahorrándonos las “contramedidas” por favor, que nadie en la historia de este país ha usado las troneras para abrirse paso a tiros, ni la cortina de humo, ni el cañón láser del maletero ni todo lo demás. Eso se lo dejamos al coche fantástico que Michael Knight ya sabrá qué hacer con ello.

Las alternativas para que nuestra pútrida clase política se desplace de manera asumible para todos los españoles, que somos los que al fin y al cabo acabamos pagando la factura del coche del presidente y toda su corte, existen de manera tangible. Y sé bien que sobre la mesa de quien corresponde hay ya propuestas como la mía, pero ahí quedarán. Por desidia, simple estupidez, falta de atención, voluntad o la sencilla e irritante ausencia de interés de quien nos gobierna en parecerse a sus gobernados. Cuando todos nos apretamos el cinturón, ellos lucen sus holgados tirantes.





Curro San Miguel.com
Equipo C
Francisco -Curro- San Miguel (Editor), Marisa Castre (Directora de Contenidos), Manuel dCP, F. David Arós, Michael D. Hesse, David S. Pareja (Colaboradores), Roberto Sanjuan (Webmaster).