by AUTODOMINIS
EDITORIAL

"Año nuevo, viejos deseos"


Ante todo y sobre todo, felices fiestas. Lo digo ya porque luego me lío y soy capaz de olvidar para lo que me he sentado a escribir hoy.
Ante todo y sobre todo, felices fiestas. Lo digo ya porque luego me lío y soy capaz de olvidar para lo que me he sentado a escribir hoy.

Todos los que hacemos esta web os deseamos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo. Y os la deseamos de verdad, que ya va siendo hora de que nos toque un poquito de felicidad y otro tanto de prosperidad.

Porque el año 2011 no ha sido fácil. Como no lo fueron el 2010, el 2009 y el 2008, año en el que por vez primera nos asomamos a la red inconscientes de la que se nos venía encima. Pero bueno, poco a poco hemos ido capeando el temporal y a día de hoy no debemos quejarnos… aunque podríamos hacerlo.

Preferimos creer en los buenos propósitos propios y ajenos, y celebrar el cambio de gobierno como un regalo de navidad cargado de nuevas oportunidades de mejorar todo lo que por la maldita crisis se quedó por la mitad.

Es por ello que mis deseos para 2012 van destinados a ellos… y por ende, a todos nosotros, los aficionados al mundo del motor.

En primer lugar espero –y deseo- que nuestra industria de la automoción sea tomada en la consideración que merece, como creadora de empleo y de riqueza. Motor de nuestra actividad económica en nuestra piel de toro. No han sido pocos los presidentes y directores generales de las principales marcas de nuestro país los que, conocidos los nuevos ministros, les han pedido –casi suplicado- que se tomen en serio un sector cruelmente sacudido por la recesión y que a duras penas está logrando sobrevivir. Como muestra, un dato: las ventas de noviembre de este 2011 nos han situado al nivel de…¡1993! Que lo sepa el Ministerio de Industria, Innovación y Turismo, y yo amplío el recadito a Economía y Hacienda, que el hecho de que los coches (y su combustible) en nuestro país sean tan caros cae de lleno en su negociado.

También deseo que el nuevo mandamás de Interior tenga vista al nombrar al nuevo director de la DGT, y que no sea alguien que de manera psicopatológica odie a los conductores. También que sea alguien que sepa que la seguridad empieza por la formación, que las multas y sanciones, por mucho que nos hayan insistido, tienen de “medidas de prevención” lo que yo de sauce llorón.

Para Fomento: en lugar de desbaratar con inquina todo el sistema aeroportuario de España y sobredimensionar la red de Alta Velocidad como ha hecho su titular hasta la fecha, sería bueno que se atendiera a la conservación de nuestra red de carreteras. Y ojo, no digo construir más –que no hay pesetas- sino conservar lo que ya tenemos y de lo que, eso es cierto, nos hemos de sentir orgullosos.

Son detalles, deseos, que no por cumplirse han de mancillar su tan cacareada “austeridad”. Sé que saben que el crecimiento pasa por la inversión en sectores estratégicos, como es el de la automoción. Por eso les pido arrojo en sus medidas tanto en cuanto el presupuesto lo permita, que seguro que bien administrado da más de sí de lo que se cree. A las malas, se le pide algo prestado a Urdangarín.

Somos muchos los que trabajamos en este mundillo y estamos dispuestos a arrimar el hombro, pero no a lo tonto o sin una dirección. Podemos salir adelante, claro que sí.
Ahora sólo falta que con sus actos más allá de sus palabras nos lo hagan creer.

Toca pedirles los reyes a las marcas, y mi deseo pasa porque su evolución tecnológica no sea una involución automotriz. Cada coche moderno, cada nuevo producto al que me enfrento resulta ser peor automóvil que el anterior… pero mucho mejor electrodoméstico. No todo tiene porqué ser táctil, manejarse por la voz, configurarse a capricho, super-eco-guay, ahorrador al extremo o suavecito-suavecito. Todavía quedamos algunos a los que nos gusta conducir.

E insistirles que los departamentos de prensa, mermados durante estos años, juegan un papel tan importante como sus departamentos comerciales o de publicidad, que el público cada vez es más experto y no le basta con el anuncio en la tele en que todos los coches lucen genial. Quieren saber cómo va de verdad. Y ahí entramos en juego todos los que nos dedicamos a comunicar.

Y a todos vosotros, amigos internautas, deseo que un año más nos deis vuestra confianza y apoyo, y que os gusten las novedades que estamos a punto de presentar.
Sí, ha sido un año duro, pero no por ello nos rendimos y hemos apostado por unas mejoras en contenidos y calidad de navegación que buscan agradaros… un poquito más.

Con esto acabo. A Papá Noel le pido lo de siempre, el Aston Martin DBS (que este año tampoco caerá…), con los Reyes Magos lo volveré a intentar…
Nada más. Nos vemos a la vuelta de la esquina.
En el 2012 ya.
Un saludo e insisto, Feliz Navidad.






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