by AUTODOMINIS
EDITORIAL

"Exceso de celo"


La crisis arrecia y lejos de pagarla los especuladores que en gran medida la causaron somos los ciudadanos de a pie los que sufrimos sus consecuencias.
Mientras unos cubren sus heridas con billetes de quinientos otros –nosotros- cruzamos los dedos porque no nos suban –más- la hipoteca, el precio del pan, la gasolina, el IBI o nuestra “amada” empresa nos ponga de patitas en la calle.
Los gobiernos municipales y autonómicos sobre todo buscan nuevas vías de financiación para sanear las pérdidas que el parón de la construcción ha ocasionado en sus arcas, y han encontrado una fórmula que vuelve a dejarnos a los conductores con “el culo al aire”. Se trata ni más ni menos de incrementar las sanciones y disminuir nuestra capacidad de recurso.

Respecto a lo primero cada vez son más numerosas las denuncias “peregrinas” que llegan a mis oídos (afortunadamente, aún no a mis manos…). En Galicia han multado a un hombre por ir hablando con su copiloto. En Madrid, a otro conductor por rascarse una oreja. En Cataluña le retiraron el carnet y le impusieron 1.500 euros de multa a un ciclista que paseaba tranquilo por su carril de vuelta a casa al dar positivo en un control de alcoholemia. A un amigo le multaron en la provincia de León por circular por el carril central en una autopista desierta. En otro punto otro individuo tuvo que hacer frente a una buena cantidad por no llevar recambio para cambiar las luces de xenon de su coche. Otra ciudadana vio cómo la grúa le retiraba el coche por pisar menos de un palmo de un paso de peatones de un solar sin construcción. Una pareja de Valladolid fue sancionada por no llevar encima la cartilla de vacunación de su perro perfectamente alojado en el maletero de su coche. Suma y sigue. Estoy esperando la primera detención por sacarse un moco en un semáforo.
Bien cierto es que aplicando de modo estricto el código de la circulación todo es punible, pero hasta ahora contábamos con el sentido común del guardia para no incurrir en “multas tontas”. Pero ya no, cualquier multa es recaudatoria y no conviene perdonar ninguna. Esas son las premisas que les han repartido a los agentes, que donde antes “miraban para otro lado” por lo banal de la falta ahora “miran hacia el mismo lado” pero para ocultar el bochorno que les significa perder el tiempo con semejantes zarandajas.
Y lo de multar con entre 3.000 y 30.000 euros a los portadores de "detectores de radar" es una vileza que nos da a entender lo poco que en realidad les importa nuestra seguridad, se trata de cobrar de una tacada todo lo que dichos dispositivos nos han ahorrado con su función. Patético.
Por no hablar de que la “Zona Azul” de aparcamiento de pago de Madrid ha ampliado enormemente su radio hasta tal punto que no sería extraño que en dos años llegase hasta Ávila.

Y ahora recurre, que donde antes había seis pasos ahora hay cuatro y los dos perdidos son los que a ti te daban mayor oportunidad de librarte de una sanción injusta.
Pero no todo es malo, puedes declararte culpabilísimo y pagar prontito con un descuentazo del 40%. Esto me suena a las declaraciones autoincriminatorias forzadas de la pelis americanas para pactar con el fiscal una reducción de condena aún siendo inocente, porque si no... "chaval lo llevas claro como lleguemos a juicio..."

Sirva todo esto como aviso amigos conductores. Poned presión a la rueda de repuesto, verificad que la placa de matrícula no está torcida, limpiad lo faros, al volante intentad estornudar lo menos posible o hacerlo con los ojos abiertos, no llevéis nada ni a nadie en vuestro coche, aparcad en batería en ese descampado que seguro hay a 10km de vuestra casa u oficina y andaos con ojo para no dar oportunidad ni a la legislación deficiente ni a esos agentes que, cumpliendo órdenes, andan aquejados de exceso de celo en su función.





Curro San Miguel.com
Equipo C
Francisco -Curro- San Miguel (Editor), Marisa Castre (Directora de Contenidos), Manuel dCP, F. David Arós, Michael D. Hesse, David S. Pareja (Colaboradores), Roberto Sanjuan (Webmaster).