by AUTODOMINIS

Prueba del Test Mitsubishi Lancer EVO GSR

Test Mitsubishi Lancer EVO GSR

" Involución "

Mejor coche, más práctico y asequible a todos los conductores. Más equipado, más potente, más confortable… y menos “EVOLUTION” que ninguno de los anteriores.




Hace poco más de año y medio me interesé por este coche. No sólo a nivel periodístico, si no ya a nivel personal me llegué a plantear seriamente comprar uno… sin probarlo. Sí, en casa del herrero cuchillo de palo, ya sabéis.
En nuestro país había pocas unidades de test y las que había estaban copadas por Autopista, Automóvil, Car & Driver y tal. Bueno, el caso es que durante el proceso de decisión fui recabando información hasta que, en Inglaterra a donde viajo con frecuencia, me pude poner a los mandos de uno. Se trataba de la versión MR, con su caja automática, navegador, ruedas BBS y todo y… ¡Vaya chasco! Ese coche no era para mí. Me resultó pesado y desastrosa su caja de cambios TC-SST. El salto del Evo VIII-IX a este nuevo modelo se me antojaba… hacia atrás.

Sabía que existía una variante más radical con caja de cambios manual (GSR) pero lograr un ejemplar para darme una vuelta me resultó imposible… hasta ahora.
Viene de fuera y sin placas, por lo que tuvimos que andar con cuidado a la hora de someterle a nuestro test, así que nos fuimos a una región ignota de nuestra geografía.

Ya allí y viéndolo desde fuera toda diferencia con la versión MR son las llantas Enkei –muy chulas- y el embellecedor negro de la parrilla delantera. En el interior es donde hay más diferencias. Empezando porque tiene un pedal más: embrague; y muchos gadgets menos: ni navegador, ni equipo de sonido Premium, ni tapicería mixta de cuero y alcántara, aunque los mismos asientos Recaro deportivos (fantásticos). Bueno, de esta guisa la gente de Mitsubishi ha logrado aligerar el modelo 40 kilos, lo cuál no esta mal.



Arrancamos y en marcha. El tacto del “nuevo pedal” es durito, como la inserción de las marchas (5) de su caja. Ganamos velocidad como un cohete con un bello sonido de escape (mucho más ronco que en Evos pretéritos). El empuje del motor 2.0 Turbo de 295 cv (me han soplado que esta unidad dio 309 en el banco de rodillos) es muy lineal… pero no impresiona. Quizá su peso sigue resultando excesivo y sus dimensiones le alejan de la fantástica manejabilidad de la que siempre han hecho gala otros representantes de la saga. El coche va muy bien asentado, eso es indiscutible. Su suspensión con amortiguadores Bilstein y muelles Eibach casan a la perfección con el espíritu del coche… y menos con el espíritu de mis riñones. Es incómodo, sí, pero no demasiado.

Las curvas siguen siendo su especialidad, y si llueve –como fue el caso- más todavía. Cada vez que tomaba una “con el machete entre los dientes” a su salida me daba la sensación de que podría haberla negociado un 10 o un 20% más rápido. Y esto no es tanto problema mío como del coche: no transmite, o no tanto como debería. La dirección es buena y el volante una gozada. Pero va todo demasiado aislado.



Incluso frenar con sus potentes discos de cuatro pistones delanteros Brembo y doble traseros lo hace fácil. No se descoloca, no se mueve, no se siente.
Accionar los diversos programas ACD del diferencial central activo tampoco depara mucho cambio. Va fenómeno, y ya está. Pero eso también lo sabe hacer Audi con un mucho más racional S4.
Porque lo de su consumo de combustible es irracional total. Es cierto que esta variante aligerada (pero no lo suficiente) es menos gastón que su hermano de cambio automático, pero el depósito lleno de 55 litros de sin plomo de 98 nos dio una autonomía de 360 kms. Echa cuentas.
El maletero es pequeño a pesar de que no lleva el enorme subwoofer del MR y las plazas de atrás están bien. El coche es más bonito por delante que por detrás (a pesar de su enorme alerón) y en su equipamiento no echamos en falta de nada.
Son 50.000 euros por un coche de carreras descafeinado. Caro aunque más barato que un Audi S4 o un BMW 335i XDrive. ¿Subaru Impreza? Tan bueno como él y dos mil euros más barato, sin embargo es tan feo que nunca me he querido acercar mucho a él.



En definitiva y volviendo a nuestro Lancer GSR. Esta versión es preferible respecto a la más cara MR de cambio automático. Y como automóvil en sí a Mitsubishi les ha salido un gran coche, pero una porquería de EVO.

Si tienes mucho capricho, en GB existe una versión-preparación oficial que se denomina EVO FQ400. Más y mejor tralla. Quizá te compense conducir con volante a la derecha…


NUESTRA NOTA: 7
Valoracion prueba 7
Cosas a favor

Capacidad de tracción
Estética discreta pero diferenciada
Motor con muchas posibilidades

Cosas en contra

Peor que un EVO IX
Peor que un EVO VIII
Peor que un EVO VII ...
Pero mejor que un EVO automático.

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.998 c.c.
  • Potencia: 295 CV CEE
  • Par: 37,3 mkg
  • Tracción: integral
  • Caja de cambios: manual 5 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 450/181/148
  • Peso: 1.560 kgs
  • Ruedas: 245/40/R18
  • Maletero: 288 L
  • Cap. Depósito: 59 L
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 240 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 5,4 seg
  • Consumo medio oficial: 10,2 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, EDB, ESP, TCS, BAS, 7 airbags, climatizador, cierre centralizado, elevalunas eléctricos, ordenador, equipo de audio CD-Mp3, asientos deportivos Recaro, diferencial trasero de deslizamiento limitado, diferencial central activo, diferencial con control de deriva, inserciones de carbono, kit aerodinámico, parrilla en negro, dirección asistida variable, llantas especiales de 18", pedales en aluminio, volante de cuero...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Test Mitsubishi Lancer EVO GSR

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