by AUTODOMINIS

Prueba del Skoda Superb 2.0TDi4x4 DSG

Skoda Superb 2.0TDi4x4 DSG

" Con la cabeza bien alta "

Skoda renueva su buque insignia sumando estilo a la practicidad, fiabilidad y espacio de los que el Superb ha hecho gala desde su lanzamiento. Probamos su versión “más de lo más” para comprobar lo cerca que se queda de modelos más “emblemáticos”.




Hay gente que tiene un Skoda y que calla a la hora de hablar de coches. Sienten cierto rubor por su compra, haciendo de menos lo que en realidad seguro que ha sido una decisión genial. En un país tan dado a los tópicos, a las vergüenzas, a los complejos y, hablando claro, a la gilipollez en toda la amplitud del término, es comprensible, pero también es algo que a mí me escama.

El Skoda de alguien me dice mucho más y mejor de ese alguien que un aburrido Ford Mondeo, Peugeot 508 o, sin salir del grupo Volkswagen, un nuevo y flamante Audi A4. Eso a la hora de ceñirme a la competencia más próxima del modelo que hoy nos ocupa, porque si hablamos del resto de segmentos… los checos tienen gama para plantar cara con garantías en cada una de las categorías.

Yo también, durante estos días, he ”sufrido” la indiferencia de aquellos paganos a los que les contaba que estaba encantado conduciendo mi Skoda Superb de nueva generación. La cosa cambiaba cuando me acompañaban al parking y lo veían ahí aparcado, tan majestuoso como una berlina de campanillas. Lo que nos lleva al primer punto, que es la estética del modelo.

Bien, el Superb siempre ha sido grande y bueno, de la misma manera que también siempre ha sido feo. Bueno, vale, quizá no feo, pero un Adonis… pues tampoco.
Ahora la cosa ha cambiado. El nuevo Superb exhibe una carrocería llena de detalles sin perder su forma clásica de tres cuerpos con portón.



La carrocería es más musculosa, los pasos de rueda más pronunciados, los voladizos más cortos, los pilares más macizos y los pliegues de chapa más pronunciados, sin llegar a la “papiroflexia” que exhibe el Octavia (sobre todo en la zona del maletero). El morro es imponente, con unos grupos ópticos trabajados donde unos excelentes faros de xenón aparecen subrayados por unas tiras de led que hacen las funciones de luces de día e intermitentes. La parrilla, poderosa, orgullosa de ser lo que es exhibiendo el logo del punki con flecha (a mí es a lo que me recuerda el logotipo de la marca…). Los bajos también están muy bien carenados, con dos grandes antinieblas, uno por cada lado, que hacen también la función de luz de curva.

La zaga, aunque algo más sosa, también está trabajada.
Resulta sólida y sobria, pero gusta. Y gustan los pilotos, con detalles inspirados en el cristal de Bohemia (que es checo) y un paragolpes envolvente que se aleja de la moda de las falsas salidas de escape que está causando furor en algunas marcas.



Las preciosas llantas de aleación de nuestro coche, que me han preguntado mucho por ellas, son opcionales, de 19” y se llaman “Sirius torneado brillante”, al igual que la pintura burdeos oscura, muy bien escogida a la hora de combinarla con el interior beige, que también tiene sobreprecio y se denomina “marrón magnético metalizado”.

En el interior el Skoda Superb es… un Skoda Superb. Lo que no es decir poco, al contrario, es decir mucho.
Todo es bueno, todo es práctico, todo está en su sitio y todo da la sensación de que dentro de 15 años y 400.000kms funcionará tan bien como lo hace de nuevo.
Obviamente su aspecto, sobre todo si nos referimos al cuadro, no es tan “high tech” como lo que ofrece un Volkswagen Passat, pero oye, hay gente a quien eso no le importa demasiado.
El espacio reservado para el conductor y su acompañante es muy bueno, dando la sensación, una vez sentado a sus mandos, de estar conduciendo un coche incluso más grande de lo que este Superb ya es, lo que en los primeros días nos obligará a movernos con tiento entre el tráfico urbano.
La postura al volante es bastante buena aunque yo, de tanto trastear con los ajustes de banqueta y aro, acabé por no ver una parte del velocímetro. Los asientos son grandes y muy cómodos. La tapicería de alcántara es muy agradable a la vista y al tacto.



La consola central está protagonizada por la pantalla multimedia que, en nuestro caso, tenía hasta televisión. Es grande, muy visible aunque se sitúe algo baja, de accionamiento táctil aún conservando teclas de acceso directo en sus márgenes y fácil de manejar y tal. Pero yo, con lo que me quedo de esta parte es, sin duda, con que da acceso al equipo de música “Cantón” que es una auténtica pasada. Tiene como 8.000 millones de watios de potencia, pero es que además, da un sonido nítido y brillante como pocos. Vamos, que deja el Harman Kardon de mi coche a la altura del betún…
La recepción de la radio, por contra, no es todo lo fina que podría ser.
El climatizador es el clásico del grupo VAG –sin tecla de off- y los botones que flanquean la palanca de cambio ya nos los sabemos.
Hay guanteras, huecos y posavasos en buen número y de buena medida, así como cajón bajo el asiento del acompañante.

Y nos vamos a las plazas de atrás abriendo una de sus enormes puertas que dejan un hueco proporcional a su tamaño. Entramos, cerramos y lo que nos sale, más que darle una dirección al taxista, es ordenar al chófer que nos lleve a la ópera.
Porque no es sólo la cantidad del espacio (hay hasta eco) sino la calidad del mismo.
Aunque hay espacio de sobra para tres ocupantes –incluso si son obesos- esta fila está pensada para trasladar a dos pasajeros de manera presidencial. Con su clima independiente, su apoyabrazos gigantesco, sus cortinillas y su gran distancia desde las rodillas hasta los respaldos delanteros. Por pedir un “algo”, pediría que el respaldo fuera un pelín reclinable. Con eso, yo me bajaría todos los días a echarme la siesta al coche.



Llegamos al maletero, una oquedad digna de la Gruta del Tesoro de Ali Babá.
En el Skoda Superb, su capacidad no se mide en litros, sino en metros cuadrados.
En serio, si se pudiera tabicar, saldría un piso de dos habitaciones.
Y eso teniendo rueda de repuesto bajo el piso. Y ganchitos a los lados.
Nuestro coche también llevaba bola, de accionamiento eléctrico y muy bien disimulada en los bajos del parachoques.
Como también está muy bien disimulada su condición de coche de cinco puertas. El portón, de nuevo de accionamiento eléctrico, abre bastante –cuidado con el techo si dejamos el coche a cubierto- y la boca de carga queda cerquita del suelo.
Pondré un “pero” también a esta zona, y es que la bandeja se ve algo pobre y endeble.



No me extenderé más, a pesar de lo extenso que es el coche, y pasamos ya a ponernos a sus mandos.

El Skoda Superb ofrece su mecánica de dos litros diesel en dos potencias: 150 y 190CV. Nosotros contamos con esta última asociada al cambio automático DSG de doble embrague y seis velocidades junto con un sistema de tracción permanente (4X4). Aunque durante poco tiempo, tuve opción de probar el resto de alternativas diesel y gasolina de este coche en su día (1.4TSi, 1.6TDi y TDi 150) y pienso que, aunque sea tal vez la versión más minoritaria, es este motor TDi190 el que mejor casa con este coche.
Y es que puestos a conducir un gran coche… ¿por qué conformarse con menos?



Con este propulsor asociado a este cambio, poco más se le puede pedir a este coche. Tiene una buenas prestaciones, apenas vibra y casi no suena (merced a un gran aislamiento) y consume lo justo. Nosotros hemos hecho 7,2 litros a los 102 kms recorridos en uso mixto en modo “Normal”, porque tiene modos, como buen coche moderno que se precie (Eco, Confort, Normal, Sport e Individual). Estos actúan, como es habitual, sobre el mapa del acelerador, la caja de cambios, la suspensión -que en este caso es de dureza variable por accionamiento mecánico-, el tacto de la dirección –que es eléctrica- y el caudal del aire acondicionado.

Personalmente, el modo que más me ha satisfecho ha sido el “Normal”, alternando con unas buenas dosis de “Confort” cada día. Es verdad que en esta última configuración el Superb más que circular, navega, y que su trasera nos regala algún que otro bamboleo extra al pasar por los badenes anti velocidad, pero el resto del tiempo hace de la conducción del Skoda una experiencia altamente “Premium”.



A ello ayuda, como ya dije, una insonorización excelente del habitáculo, que filtra todo ruido procedente de la aerodinámica o del bloque motor, que a ralentí y fuera del coche, sí que se oye nítidamente.
En autopista y vías rápidas el Superb se mueve como pez en el agua. Es capaz de cubrir largas distancias a alta velocidad de crucero con un aplomo y una seguridad encomiables, llegando a tu destino fresco, descansado… y un poco aburrido. Sí, esto es así, este coche lo hace todo tan fácil y tan bien que tras una semana a sus mandos su conducción se había convertido en algo puramente mecánico.
Traté de mitigar el efecto cambiando con más frecuencia al modo “Sport”, pero no nos engañemos, este Superb no se gusta de esa guisa. Añade un poco más de mordiente a la conducción, pero no acaba de casar con la filosofía y/o planteamiento del coche.

Porque ya puestos, quise probar los límites “deportivos” del coche, y sólo me hicieron falta tres curvas para encontrarlos. A pesar de la tracción 4x4, muy útil en condiciones climatológicas adversas, el Skoda es un automóvil eminentemente “morrón” que tiende al subviraje con frecuencia. Tampoco goza de excesiva cintura a la hora de abordar rápidos cambios de apoyo y su dirección no es todo lo comunicativa que debería. Por su parte, los frenos, más que fatigados o blandos los noté asustados tras bajar, cuchillo entre los dientes, un corto puerto de montaña.
El cambio, llevado en modo secuencial, es quizá el elemento que más estuvo a la altura del experimento. Y son sólo 6 marchas, lo que está muy-muy bien, pues bastan y sobran para la mayoría de las ocaciones.



Pero como te digo una cosa te digo la otra: este Superb incluso en una conducción tan “inapropiada” es muchísimo mejor que el anterior Superb y en configuración 4x4, mejor que el de tan sólo dos ruedas motrices a la hora de ir rápido.

Para ir concluyendo iremos hablando del precio, el cual, lo aleja claramente de la imagen mental de coche barato que tenemos de Skoda. La tarifa base para este modelo en acabado Style es de 38.660 euros. Poco para lo que te llevas. Pero nuestra unidad de pruebas, con los opcionales más interesantes ya instalados –y esas preciosas llantas de aleación- elevaba su precio hasta los 43.000 euros de vellón. Una pasta gansa que casi deja barato a su primo el Passat.
Pero el Superb es más grande y más potente, y Skoda ha puesto mucho mimo en él, cosa que se aprecia… y se nota en su nota.
Me ha parecido una berlina cuasi de lujo de lo más atractiva. Los que lo escojan, lejos de avergonzarse (por ver un taxi con el mismo logo en su capó…), deberían sentirse orgullosos.



NUESTRA NOTA: 9
Valoracion prueba 9
Cosas a favor

Fantástico rutero
Espacio interior
Acabados y equipamiento

Cosas en contra

Conducción modo Sport
Climatizador sin botón off
¡Nuestro coche no traía rascador de hielo!

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.968 c.c.
  • Potencia: 190 CV CEE
  • Par: 400 NM
  • Tracción: integral permanente
  • Caja de cambios: automática 6 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 486/186/147 cms
  • Peso: 1.540 kgs
  • Ruedas: 235/40R19 op.
  • Maletero: Cabe Japón
  • Cap. Depósito: 66 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 229 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 7,6 seg
  • Consumo medio oficial: 5 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BAs, ESP, TCS, 6 airbags + de rodilla conductor, climatizador bizona, sensor de luces y limpias, parktronic, ordenador de a bordo, faros bixenon dinámicos, faros antiniebla, luces LED de día, cristales traseros tintados, cromados exteriores, bluetooth, equipo multimedia con pantalla táctil, iluminación ambiente, retrovisores eléctricos abatibles, control y limitador de velocidad, Hill Holder, Front Assist, sensor de presión de ruedas...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Skoda Superb 2.0TDi4x4 DSG

  • El nuevo Skoda Superb brilla sobre la carretera con luz propia...

    El nuevo Skoda Superb brilla sobre la carretera con luz propia...
  • Y hablando de brillar, la luz ambiente interior puede ser verde Skoda, azul eléctrico o blanco clásico a golpe de menú

    Y hablando de brillar, la luz ambiente interior puede ser verde Skoda, azul eléctrico o blanco clásico a golpe de menú
  • El DCC es el control dinámico del chasis, o sea, los modos de conducción. A mí me gusta el normal.

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  • Con el asiento del conductor en mi posición normal, atrás me sobra más de un palmo para rozar con las rodillas el respaldo.

    Con el asiento del conductor en mi posición normal, atrás me sobra más de un palmo para rozar con las rodillas el respaldo.
  • El equipo de sonido Cantón es opcional, pero altamente recomendable. De lo mejorcito que escucharán tus orejas

    El equipo de sonido Cantón es opcional, pero altamente recomendable. De lo mejorcito que escucharán tus orejas
  • Aún con una rueda de repuesto standard, el maletero del Superb se permite ofrecernos 625 litros de espacio

    Aún con una rueda de repuesto standard, el maletero del Superb se permite ofrecernos 625 litros de espacio
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