by AUTODOMINIS
EDITORIAL

"Coches chinos"


Venimos hablando de su inminente llegada a nuestro mercado desde hace años y, tras sus primeros pasos de forma camuflada, parece que por fin comienzan a desembacar de manera clara.

Si hablo de “coches chinos camuflados” me refiero a aquellas marcas que han sido absorbidas por algún gigante asiático pero han podido preservar su identidad, esencia y fabricación dentro de nuestro continente. Tal es el caso de Volvo, propiedad de Zhejiang Geely Holding Group pero que ha sabido –y le han dejado- seguir siendo sueca y ofrecer un catálogo de productos, a día de hoy, realmente extraordinario.

Distinto es el caso de las británicas Rover y MG. La primera se reinventó con sus nuevos dueños asiáticos como Roewe ofreciendo una gama de vehículos bastante lamentable que la llevó a desaparecer de buena parte de Europa al poco tiempo, aunque parece que puede volver a surgir. MG, la legendaria marca de deportivos, acaba de llegar y ha despertado cierta expectación en el mercado. Eso sí, ahora es una marca eminentemente eléctrica a pesar de que contempla alguna tímida variante de combustión o híbrida convencional.

Y esta va a ser la clave del desembarco, como luego os comentaré.

En el mundo de las dos ruedas la inclusión de productos chinos esta normalizada desde hace años. Llegaron, como en lo que a coches se refiere, comprando legendarias marcas europeas en apuros (Benelli, SWM, CFMoto…), a través de “joint ventures” (algunas con sabor español pero fabricadas bien lejos, como es el caso de MiTT y Macbor), para después “quitarse la máscara” definitivamente con productos francamente solventes a través de las marcas Vogue, Zontes o Lifan, por ejemplo.

En motocicletas, sin embargo, la cosa es distinta comparada con los coches, o más sencilla, se podría decir.

Uno de los principales obstáculos que encontraban las marcas chinas a la hora de penetrar en el mercado de automóviles del viejo continente era la paupérrima eficiencia de sus motores (a menos que procedieran de otras marcas). Con una normativa cada vez más exigente en materia de emisiones y cierta obsesión por el consumo, los bloques de combustión del este, terroríficamente ineficientes como ya he dicho, poco o nada tenían que hacer no sólo en el mercado, sino antes incluso: en las pruebas de homologación.

Y no es que allí no sepan hacer motores mejores, es que ni lo intentan.
Como todos sabemos, el tema de la contaminación parece no ir con ellos. Mejor seguir siendo líderes como el primer emisor del plantea de gases de efecto invernadero, aunque ello haga que en muchas de sus ciudades el aire sea netamente tóxico. Que sean otros los que cuiden el planeta.

Pero en esto que llega la “revolución eléctrica” y en ella encuentran la puerta de par en par abierta para arribar en la vieja Europa. Porque no nos engañemos, fabricar un motor eléctrico que mueva un coche es unas 231.745 veces más sencillo que crear de cero uno de combustión. Uno bueno, claro.
Y la normativa antigases se cumple por defecto. Y como fabrican baterías para todo el mundo, pues otro paso que se ahorran.

Un poco de I+D y aquí están. Bueno, por ahora aún no hay muchos, pero ya están llegando. Tenemos a Lynk & Co y a la mencionada MG, pero están al caer Xpeng, Aiways, Seres, la nueva gama con enchufe de DSFK y posiblemente a no mucho tardar, se apunte a la nueva tecnología SWM, que ya ofrece productos de gasolina con mecánicas Mitsubishi. De momento lo único que puedo decir es que estos fabricantes no son especialmente brillantes a la hora de poner nombres a sus marcas y modelos, pero no he tenido aún oportunidad de conducir en profundidad ninguno de sus productos como para opinar. Sí me he dado una vuelta en un Lynk, y lo que más me gustó fue su estética y su sistema de suscripción.

Ahora, para los que esperáis un producto de bajo precio temo que os vais a sentir algo decepcionados. Ningún coche eléctrico es barato y estos tampoco lo serán. Ofrecerán una alternativa original a las marcas consolidadas. Seguramente no sean mejores ni peores siempre y cuando seamos justos al comparar. Tal vez su éxito dependa de cómo comuniquen, cómo vendan, cómo dimensionen su red y cómo la atiendan. Cosas en las que han fallado en los países de nuestro continente en los que ya están disponibles, y que únicamente está haciendo francamente bien la renacida MG.

Veremos. Creo que aquí hay sitio para todos y toda competencia, siempre que sea limpia y legal, mejora los productos de unos y de otros. Los que llegan y los que ya están.





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