by AUTODOMINIS
EDITORIAL

"Punto de inflexión"


Termina el año y desde luego no lo hace, al menos en nuestro sector, mucho mejor de lo que empezó. Sin embargo, creo que ya no estamos lejos del punto de inflexión.

Desde el final de la crisis Covid19, aproximadamente, el mundo del motor vive entre la incertidumbre y la convulsión. Una vez que los legisladores enloquecieron de odio hacia el coche convencional, particular y de combustión, el mundo del motor navega por aguas revueltas capeando cada día un nuevo temporal.

Las cifras y noticias no han sido buenas y, sin embargo, muchos siguen empecinados en pisar a fondo el acelerador en esa huida hacia delante que implica, lejos de la “transición hacia un modelo más sostenible”, la muerte/asesinato de la industria de la Unión.

Pero si algo bueno tiene esta situación es que la cuerda se está tensando hasta tal extremo que no está lejos su rotura, lo que marcará un nuevo punto de inflexión.
Y es que si la gente se está hartando de esa “mierda woke” que nos dicta cómo debemos vivir hasta límites inquisitoriales, pocos con dos dedos de frente quedan ya para comulgar con la patraña de la agenda 2030, esa que nos pretende desposeer de todo a cambio de… ¿La felicidad? Bueno, la de unos pocos, tal vez.

Los principales fabricantes de nuestro continente ya han avisado de que si se continúa en esta dirección, los cierres y los despidos masivos serán inevitables, y no, no van de farol.
Otros incluyen un sus gamas productos que saben bien que no van a vender para evitar la sanción por emisiones, mientras que unos pocos están dispuestos a ser multados antes que tirar de arriba abajo todo su esquema de producción. Y con ello su historia, su legado y todo aquello que les convirtió en su día en una buena opción.
También se han puesto aranceles a las importaciones chinas para la igualar la partida. Una medida proteccionista de la que no soy muy partidario, pero es que, con todo el respeto para sus productos –muy interesantes algunos-, estas grandes marcas asiáticas están jugando a su propio juego con su propia baraja.
Añadir que las zonas de bajas emisiones de varias ciudades están siendo denunciadas y se tendrán que reinventar si se quieren ajustar a la legislación.
Y como remate, el mercado está dando de lado a los coches eléctricos poniendo de relieve que no son una alternativa real, o desde luego no lo son para un enorme porcentaje de la población. Al menos por ahora, por más que los estados insistan en subvencionarlos con las dichosas ayudas, obviando la máxima que nos dice que todo aquello que necesita de la ayuda estatal para triunfar, es que no es atractivo ni competitivo en el mercado real.

Entre tanto, se están optimizando muchísimo los propulsores híbridos e incluso hay un par de marcas “muy locas” que le están dando otra vuelta a los motores de combustión… Y nuevos combustibles, con base sintética o vegetal que creedme, tendrán mucho que decir en los próximos años.
Porque lo del objetivo de la “descarbonización” total en el año 2035 ya lo ve “factible” ni el que lo pensó.
Así, mientras vaya cayendo el velo de lo políticamente correcto, seguiremos dándote cuenta de este apasionante mundo de la automoción. Con sus luces y sus sombras. Con sus avances y retrocesos.
Vamos hacia un lugar que no es necesariamente aquel al que nos quieren llevar.
Quizá 2025 sea aún pronto para esa rotura o ese punto y seguido, pero confiemos en ir viendo cositas que nos indiquen un cambio en la tendencia suicida que llevamos.
Veremos.

Hasta entonces, disfrutemos de estas fechas y celebremos por todo lo alto la entrada en el año que se avecina.

Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo





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