"Humos malos y malos humos"

tras el anterior clamor en el desierto dedicado al bricolaje.

El primer asunto me lleva a tratar el informe que, emitido desde la OMS (Organización Mundial de la Salud), nos dice que la mecánica diesel es poco menos que la que propulsa el carro del diablo y que los Tdi acabarán más pronto que tarde con nosotros y con el planeta (no han dejado claro el orden de las consecuencias). Que si contaminan una burrada, que si lo que echan por el escape es peor que gas sarín, que 100gr de sus emisiones equivalen a dos buenos tragos de arsénico, que las cámaras de exterminio nazi en realidad usaban gasóleo… en fin, toda una serie de acusaciones que el sector del automóvil ya se ha encargado de desmentir con poderosas razones, la principal de las cuales ha sido aludir al tan manido filtro de partículas que ya incorporan estos coches en la actualidad y que anulan "en gran medida" la porquería que se pudiera echar por el escape. De la misma manera han acusado a la OMS de alarmista y de publicar un informe que se remite a coches de hace "casi" un lustro.

Vale. Desde luego no les falta razón, pero el problema es que ni todo el mundo conduce un "Tdi" actual ni el filtro de partículas es la panacea que muchos fabricantes nos venden. Si tomamos en cuenta ambas consideraciones, la OMS también tiene parte de razón, ¿No?. Porque el incremento alarmante de casos de alergia y asma en la ciudades debido a la proliferación de este tipo de coches es hasta ahora un dato incontestable. El carburante diesel, del que no soy "fan" pero al que le reconozco sus virtudes, ha sido siempre tildado de "combustible sucio", y es que ya desde su origen, a su proceso de refinado le falta bastante "refinamiento".
Hasta nuestros días la reglamentación en materia de gases le es favorable porque mide CO2, y aún no contempla la emisión de NOX (óxido de nitrógeno) y regula tímidamente las partículas de metales pesados en suspensión (que estas sí que son "chungas", y por ello lo del filtro de partículas). Sin embargo, ya hay voces autorizadas que demandan un cambio de legislación que analice un rango mayor de "expulsiones mecánicas" y exponga a las claras si es más "sano" el gasoil o la gasolina. Llegado este supuesto muchas marcas se echarían a temblar al ver cómo sus enormes inversiones en tecnología diesel "súper limpia" se mostrarían como no tanto y perderían adeptos a marchas forzadas. Y eso es un problema. Por lo que a ellos respecta, digan lo que digan, sus coches a gasóleo prácticamente echan aire serrano con toques de lavanda y flor de azahar por los escapes.

Y es que siempre habrá intereses en una dirección y en la otra, por lo que sólo nos queda nuestro sentido común para mantenernos a salvo hasta cierto punto. Sin drama pero con rigor, hemos de aceptar que cuando optamos por un coche diesel, todo el ahorro que representa, también conlleva un precio, y que si antaño se distinguían estos coches en carretera por sus bocanadas de humo negro en cualquier repecho, ahora pasan desapercibidos, pero sus humos malos, aunque tamizados e invisibles, les siguen acompañando.
Desde luego no son las armas letales de las que nos habla la OMS, pero tampoco las "nubes con ruedas y aroma a pino" que insisten en hacernos creer las marcas. Tenedlo en cuenta.

Pero si hablamos de "malos humos" entendidos como "mala leche", mi mirada se vuelve ahora hacia presidentes y (especialmente) presidentas de comunidades autónomas que quieren hacernos "repagar" las carreteras por las que ahora circulamos "gratis".
Y entrecomillo "repago" y "gratis" porque con esto pasa como con lo de sanidad: este tipo de prestaciones ya salen de nuestros impuestos, por lo que si ahora nos las quieren cobrar, será como pagarlas dos veces.
En fin, lo de siempre, de nuevo a los ciudadanos nos toca pagar lo platos rotos de dirigentes megalómanos y, simple y llanamente, ineptos.
Esperanza Aguirre, en la Comunidad de Madrid, quiere poner peaje en la M45 y M501. Dos vías que entre ella y su amigo del alma, el ex-ministro de fomento, Pepiño Blanco -otro subnormal profundo e inútil completo- se sacaron de la manga para "descongestionar las vías de circunvalación de la capital". Y funcionaron, y se agradece, pero si nos llegan a decir que nos las iban a cobrar tiempo después… pues igual no las queremos y se las tienen que comer. A esto se le llama "efecto R-5" (dos coches a la hora en dicha radial). Pero ahora que ya están hechas y consolidadas… pues mira que bien que se les pueden sacar unas perrillas para echar al enorme agujero que en obras públicas tiene la capital y el reino de España. Esto es indignante. Nos dicen que el que no quiera pagarlas dispone de vías alternativas, y que en todo caso sería cosa de un euro y poco por trayecto. El precio exacto no lo saben y es muy probable que nunca lo sepan, porque como seguramente ellos las transiten con su coche oficial y el importe vaya a cargo de sus dietas… pues efectivamente les sale barato.
Y como esta señora tantos otros "mandamases" de otros lugares, distintos colores pero misma casta e indecencia.
Al parecer, durante años hemos estado gobernados sin saberlo bajo el principio clave del Despotismo: "Todo por el pueblo pero sin el pueblo", al que se le ha añadido un corolario traicionero que dice "pero luego que lo pague el pueblo".
Yo además ya no entiendo las políticas de austeridad tan cacareadas, porque de un tiempo a esta parte no hago más que soltar pasta sin saber a dónde va como un manirroto cualquiera. ¿Y si me declaro en quiebra? ¿Me daría en BCE el diez por ciento del diez por ciento como a la banca de buen rollo?

Que digo yo que si se trata de recaudar un poquito de cada uno, recomendaría que se instalase a la puerta del congreso una atracción a modo de feria de pueblo en la que se nos dejara abofetear a sus señorías un par de veces por dos euros. Señores, estoy convencido de que saneamos las arcas del estado, cumplimos en dos tardes el objetivo de déficit y nos sobra para hacer carreteras "gratis" de aquí a Lima.