"Pedro y el lobo"

La llamada “era Marchionne” marcará un antes y un después en la historia de Fiat y de sus marcas. Desde que llegó él, “dicen” que hay más dinero invertido y menos marcas con liquidez que nunca, y que si Giovanni Agnelli levantara la cabeza, no dudaría en arrancarle la suya de cuajo, al amigo Sergio.

Hagamos un poco de memoria sin tan siquiera remontarnos a los tiempos gloriosos del grupo italiano: Hace 8-10 años Fiat ofrecía un catálogo surtido de productos: empezaba con el simpático Seicento para seguir con el Panda, Punto (luego Grande Punto), Stilo, Croma, Multipla, Ulysse y derivados comerciales como el Dobló, así como furgonetas grandes.
Lancia ofrecía el Ypsilon, Delta, Thesis y un monovolumen grande.
Alfa Romeo, por su parte, lo componían el 147, el 159, GT, Spyder y Brera.
Así estaban las cosas, y así están ahora:
Fiat vive de su 500 en sus diversas variantes. Lancia, tras el fracaso del Thema/300C ha desaparecido, y Alfa Romeo está estirando el Mito y el Giulietta más allá de la vida normal de cualquier otro producto de la competencia. Lo que repercute en unas ventas en nuestro país ya casi anecdóticas. También está el 4C, pero como si no…

Sin embargo, muchas han sido las promesas del “CEO” del grupo para reflotar sus marcas, y también ha habido hechos como, tras la compra de Chrysler, intentar fusionar las gamas. Solución que, desde luego en el viejo continente, no ha funcionado.
Sólo con Alfa, si no me falla la memoria, han sido 4 hasta ahora las “intentonas”, quedando algunas de ellas en “agua de borrajas” o simple humo.
Y el caso es que ahora se anuncia un quinto plan para revitalizar la marca del Visconti, con una inversión de miles de millones de euros que la han de llevar de aquí al 2018 a completar –o más bien crear- su gama con una berlina mediana, una berlina grande y un SUV. Pues muy bien, pero esto ya lo habíamos oído antes, por lo que se debe entender el escepticismo con el que tratamos este tema toda la prensa del motor.
Sin embargo esta vez, para reforzar la idea de que van en serio, nos han enseñado el nuevo Giulia, el Alfa que vendría a sustituir al 159, pero que como en realidad este desapareció ya hace años, no sustituye a nada ni a nadie.
Y nos lo presentan en versión pata negra: motorazo V6 biturbo de 500 caballos y pico, tracción trasera, frenos de carbono, cuatro salidas de escape, ruedas grandes, color rojo Ferrari y el propósito de ser la berlina deportiva de referencia. Nos explican que saldrá a la venta tras el salón de Frankfurt y que antes de navidad ya contaremos con el resto de versiones. Vale.

Que no digo yo que no sea posible, pero al menos, a día de hoy, parece poco probable. Y es que seguimos sin saber nada del Giulia, ni de sus versiones, motores… ni tan siquiera hemos visto el interior, pues nadie se pudo acercar a ver el modelo de la presentación. Confío en que en el salón del motor alemán ya vayan con un ejemplar al que nos podamos montar, pero no sé…
Porque en los mentideros de la profesión, todo el mundo comenta que nadie hasta la fecha ha realizado un “scoop” (foto de incógnito) de ninguna mula o coche camuflado de la marca. Ya sabéis, eso de “el nuevo XXX XXX ya rueda casi sin camuflaje por las carreteras alemanas”, o algo así. Como conoceréis los que sois aficionados a este mundillo, nosotros ya empezamos a ver –e imaginar más tarde merced al photoshop- como es tal o cuál modelo casi un par de años antes de que se ponga a la venta.

Con lo que, o Alfa tiene un nuevo método para desarrollar coches en tres meses –como hicieron con el 8C… y así salió- o este nuevo Renacimiento Italiano me huele a humo.

Ojalá me equivoque y me coma el lobo como en la fábula de Esopo, pero dado que Sergio-Pedro lleva tanto tiempo de falsos avisos… me vais a permitir que, esta vez, tampoco me lo crea. Una pena.