by AUTODOMINIS
EDITORIAL

"Victoria a los puntos"


Parece que fue ayer, pero por estas fechas se cumplen ya diez años de la implantación del permiso por puntos en nuestro país.
Corría el año 2006 y vivíamos inmersos en el furor del ladrillo y en la “Champions League” de las economías del primer gobierno de ZP.
Tras la eliminación en segunda ronda de nuestra Selección Española de Fútbol del mundial de Alemania, los españoles esperábamos irnos de vacaciones sin sobresaltos ni sorpresas.

Y en esas estábamos cuando llegó el carnet por puntos, un invento que el Director General de Tráfico de entonces, el controvertido Pere Navarro, nos vendió como “lo más de lo más en Europa”.
Según las nuevas normas las sanciones no sólo iban a pesar tu bolsillo y a tu conciencia, sino a tu historial de conductor en forma de pérdida de valor acumulativo en tu licencia. Se empezaba con 12 puntos y las multas graves traían aparejada una retirada de un puñado de ellos hasta quedarte a cero y perder tu derecho de conducir.

Recuerdo el primer fin de semana de implantación, y recuerdo la entrevista que un programa de televisión le hizo a un conductor que en 24 horas había perdido todos y cada uno de sus puntos. Al parecer, el figura circulaba sin cinturón, con exceso de velocidad, hablando por el móvil y fumándose un canuto cuya colilla luego tiró por la ventanilla ante el asombro de los agentes.

Y fue durante los primeros meses de este nuevo “conteo” cuando se perdieron más puntos y carnets, según nos dice el histórico de la DGT.

Diez años después este sistema ya es un “viejo conocido” al que los conductores le vamos tomando la medida y por ello llega el momento de hacer balance. O así lo ha considerado el organismo responsable del mismo, que estos días no deja de ensalzar el valor de este método en la dramática reducción de víctimas en carretera este último decenio. Yo esperaba un “ha ayudado a” o “ha contribuido a”, pero no, resulta que es el principal responsable, y ahí lo dejan.

O sea, que para las autoridades de tráfico poco o nada tienen que ver en la bonanza de sus datos estos ocho años de crisis económica en la que se han reducido los desplazamientos por carretera cerca de un tercio, o las mejoras que en materia de seguridad se vienen sucediendo a un ritmo vertiginoso en la industria del automóvil. Tampoco la mejora de nuestras carreteras y, algo que siempre se olvida, la mayor sensibilización de los conductores a la hora de ponerse a los mandos de su automóvil. Que parece que sólo aprendemos a tortas –o ante el miedo de la torta-.

Así mismo, insistir en el éxito del carnet por puntos a la hora de rebajar la siniestralidad en carretera es valorar muy poco las iniciativas en seguridad vial que se han fomentado y desarrollado desde el mismo estamento, unas iniciativas que yo considero especialmente valiosas y loables, y verdadero puntal sobre el que se debería apoyar toda mejora en la seguridad en carretera.
Pero claro, puesto que se invierte menos de la mitad en concienciación del conductor que en medidas para controlarle y sancionarle, es lógico que estas últimas tengan el doble de éxito que las primeras.

Si todos los folletos que se hicieron para advertir de los puntos que podías perder según qué cosa se hubieran destinado a informar sobre seguridad vial a los conductores…

Pero da igual, porque al final, algún zoquete como el “conductor” del que hablé y que perdió todos sus puntos en una tarde, les dará la razón y seguiremos conduciendo con miedo a la sanción y a que “nos ganen los puntos” o incluso nos dejen K.O.





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