by AUTODOMINIS

Prueba del Citroën C3 BlueHDi100 Shine

Citroën C3 BlueHDi100 Shine

" Cactus de ciudad "

Citroën renueva su urbano C3 según la fórmula del exitoso C4 Cactus. Así les ha salido un modelo práctico, moderno, muy personal y con un indiscutible punto gamberro.




“De soso a salado”, esa era mi segunda opción para titular esta prueba, y es que la mutación del pequeño C3 lo ha convertido en un coche infinitamente más atractivo que el modelo, práctico pero anodino, que hasta hace poco circulaba por nuestras carreteras.



Del Cactus el C3 toma el concepto “no soy un SUV pero lo parezco”, con marcados pasos de rueda protegidos en plástico negro, los famosos “airbumps” y un morro rotundo con los faros principales encastrados en el paragolpes bajo esa línea a modo de ceja que evocan las luces de día.
Por supuesto hay un porrón de combinaciones de colores, tanto para la carrocería como para los accesorios y llantas, las mismas disponibles en el C4 Cactus.
La trasera es quizá lo más suyo, con pilotos de estética 3D y un parachoques con una exagerada protección en sus bajos.



El interior desde luego está mucho más cuidado que el del coche que toma su inspiración. Los asientos son similares, grandes, con poco resalto y buen mullido. También la consola central, con la pantalla de 7” de manejo táctil y posición algo baja que aglutina toda la función multimedia incluidos los mandos de la climatización, pero la cosa cambia al mirar a través del bonito volante multifunción que en combinación con el interior ofrece un vistoso acabado bitono. Tras él hay un cuadro de instrumentos “de verdad”, y no la escasa pantalla con la que se conforma su hermano… ¿mayor? Velocímetro, cuentarrevoluciones y los indicadores de combustible y temperatura son analógicos, mientras que la información se complementa con un buen ordenador de a bordo de generosas dimensiones.
Otros detalles que me gustan de estas plazas son las abundantes salidas de ventilación y los tiradores de las puertas, que también huelen a C4 Cactus…
Y lo que menos me gusta es el pequeño tamaño de los huecos disponibles y la calidad de los materiales, mucho más vistosos que buenos.
La visibilidad y la ergonomía están “OK”.



Pasamos a las plazas de atrás a través de sus pequeñas puertas que anticipan lo que nos vamos a encontrar.
Aunque en un primer momento la sensación sea de amplitud y luminosidad –creo que el techo panorámico es de serie en este acabado Shine- es nada más tomar asiento cuando las cosas se tornan estrechas.
Con los pasajeros como yo, la plaza central sencillamente desaparece, pero es que igual tampoco vamos a poder llevar pasajeros de mi talla, ya que el reposacabezas me queda casi a mitad de la espalda (y por mucho que lo suba no llego al cuello ni loco) y tengo la cabeza apoyada en el guarnecido del techo. Lo único que me va bien es la distancia de la que disfrutan mis rodillas hasta el asiento delantero.
Valiéndome de esos centímetros intento deslizarme hacia abajo hasta que hago tope, entonces pruebo a levantar una pierna y pasarla por debajo de la otra mientras desencajo el hombro izquierdo para ayudarme con el brazo a girar el cuello lo suficiente como para apoyar la cabeza de una manera mínimamente confortable. Aún así no acabé de encontrar mi sitio (más allá de la camilla del quiropráctico) con lo que no queda otra que calificar estas plazas como pequeñas y sólo aptas para niños o adultos “bajitos” (hasta 170cms como mucho).



Sin embargo, el maletero resultó ser más grande de lo que parecía. Anuncia 300 litros y cumple con ellos. No es mal registro para un coche de menos de 4 metros de largo. Y se pueden ampliar abatiendo los respaldos delanteros en proporción 60/40.



Nos ponemos en marcha ya. Bajo el capó, el conocido bloque de cuatro cilindros y 1.6 litros diesel, en versión de 100CV.
Este quizá no es el motor ideal para este coche, pues cuando has puesto tanto gusto en el exterior, el interior y demás, el efecto logrado queda anulado al escuchar el característico ruido de tractorcito a ralentí. Pero bueno, igual le pasa al Mini D y otros tantos, incluidos esos sinsentido que son los cabrio a gasóleo. Pero vale, hasta que se pase el furor por estas mecánicas, ahí están.

Como digo, el motor vibra y suena lo suyo, aunque un obediente sistema start&stop nos libre de “sufrimiento” en semáforos y demás detenciones.
Pero como digo un cosa, digo esta otra: una vez lanzados en carretera rodando ligeros en quinta, el sonido queda amortiguado. De hecho, tampoco hay ruido de rodadura ni molestias aerodinámicas más allá de lo razonable.



La fuerza del motor es más que suficiente para lograr unas prestaciones más que dignas para las pretensiones del modelo. No quedaremos primeros en un rally, pero callejearemos como un cohete y no se arrugará a la hora de afrontar recorridos extraurbanos y/o viajes largos por autopista.
Porque por otro lado, lo que sí que es este coche, es confortable.

Su suspensión “ultrablanda” y su buena distancia entre ejes con las ruedas casi fuera de los voladizos hace que el C3 “navegue” como un coche más grande sobre el asfalto. Eso sumado al mencionado buen mullido de los asientos convierte la experiencia de conducirlo en algo mucho más placentero de lo que se conseguirá con otro modelo de su competencia.
Como contrapartida quedan unos feos movimientos de carrocería a la hora de afrontar curvas pronunciadas a baja velocidad. Ahí sí que hay unas notables inclinaciones que pueden provocar el mareo de algunos de nuestros pasajeros.



La dirección está en esa línea de suavidad mientras que los frenos exhiben un mordiente y potencia más elevado. El consumo logrado tras 100 kilómetros recorridos en uso mixto ha sido de 4,9 litros. Bastante bien y aun así los de lo homologado. Pero en serio, todavía no he conducido un solo coche “normal” que bajara de los 4 litros en la vida real. Por más que insistan las marcas en decir que sí lo hacen.



Acabamos con el precio, que son 19.650 euros por esta versión Shine hasta arriba de equipamiento. Por supuesto habrá descuentos. Son unos 1.000 euros menos que la versión equivalente del C4 Cactus. Eso está bien porque así según tus necesidades y sin arruinar tu presupuesto, puedes escoger entre el original o la versión más “civilizada” del mismo. Más capacidad frente a un encanto más cuidado. Tú decides.


NUESTRA NOTA: 8
Valoracion prueba 8
Cosas a favor

Diseño cuidado y atractivo
Confort de marcha
Motor potente

Cosas en contra

Plazas traseras pequeñas
Motor ruidoso
Pantalla multifunción baja

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.560 c.c.
  • Potencia: 100 CV CEE
  • Par: 254 NM
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: manual 5 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 399/174/147 cms
  • Peso: 1.090 kgs
  • Ruedas: 205/50R17 op.
  • Maletero: 300 l
  • Cap. Depósito: 45 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 185 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 11,9 seg
  • Consumo medio oficial: 3,7 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, control y limitador de velocidad, ordenador de a bordo, sensor de luces y limpias, bluetooth, faros antiniebla, climatizador, pantalla táctil de 7", protectores de carrocería, techo bitono, volante multifunción de cuero, cristales traseros tintados, llantas de aleación de 16"…

"Bonus Gallery"
Fotografías del Citroën C3 BlueHDi100 Shine

  • Estas vistosas protecciones prometen librarnos de los típicos golpes tontos a poca velocidad

    Estas vistosas protecciones prometen librarnos de los típicos golpes tontos a poca velocidad
  • Los asientos son básicos, pero grandes y muy cómodos

    Los asientos son básicos, pero grandes y muy cómodos
  • Los sencillos tiradores le dan un toque tan rústico como vintage al coche

    Los sencillos tiradores le dan un toque tan rústico como vintage al coche
  • Ni las ventanillas delanteras ni las traseras bajan del todo

    Ni las ventanillas delanteras ni las traseras bajan del todo
  • El techo panorámico le da un aporte de luz muy bueno al interior del C3

    El techo panorámico le da un aporte de luz muy bueno al interior del C3
  • A pesar de su estética campera, su ámbito de uso fuera del asfalto no debería pasar de esta pradera…

    A pesar de su estética campera, su ámbito de uso fuera del asfalto no debería pasar de esta pradera…
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