Prueba del Renault Koleos blueDCi190 XTronic

Afortunadamente logramos cubrir un par de centenares de kilómetros con este coche antes de que se decretase el estado de alarma y hubiese de quedar aparcado en nuestro garaje hasta nueva orden (a día de hoy ahí sigue). En ese tiempo nos pudimos hacer una idea de que las mejoras eran sutiles para un coche que se mantenía en plena vigencia. Pero vayamos por partes.



Los cambios en el exterior afectan principalmente al diseño de los bajos del paragolpes delantero y trasero. Se han perfilado algo más buscando una apariencia más lujosa y solemne, sobre todo en este acabado tope de gama Initiale Paris. Lo malo, es que merced a ello las cotas de todoterreno han empeorado. Pero bueno, yo tampoco creo que nadie comprase este modelo en su versión 2017 para irse al campo con él…



También hay disponibles un par de nuevos diseños de llantas y dos colores para su carrocería. Por lo demás el Koleos sigue exhibiendo una planta rotunda, de coche grande y bien asentado. Con toques de diseño por aquí y por allá y un innegable aire de familia.



En el interior, las mejoras más notables se centran en los asientos. Los delanteros ahora cuentan con extensión en longitud para apoyar mejor las pantorrillas y los traseros permiten que su respaldo se incline ligeramente. Eso abunda en la sensación de lujo, amplitud y confort que el coche genera.

Me hubiese gustado un retoque de su apartado multimedia, pues su pantalla y yo seguimos sin ser muy amigos, llegando a desesperarme cuando tengo que manejar a través de ella su climatizador, pero me tengo que conformar con que han recolocado las salidas USB, que han pasado de la guantera entre los asientos a estar frente a la palanca de cambios. El coche en este acabado cuenta con conectividad AndroidAuto y AppleCarPlay.



Así mismo hay un par de tapicerías nuevas y embellecedores. Poca cosa.

Porque como he dicho, mucha más actualización no necesitaba este modelo. De hecho, cuando he comentado por ahí que esta semana probábamos el nuevo Koleos, los más normal es que me dijeran “¿nuevo?”, “o sea, el Koleos de siempre” o “¿pero cuánto tiempo llevaba en el mercado?”. Sí, no diré que Renault se haya precipitado con este refresco pues es el obligado por la media vida del modelo, pero vamos, que también se lo podían haber ahorrado y hacer como las marcas americanas llamando al coche simplemente Koleos 2020. Claro, que dado que este año mucho me temo que va a ser para olvidar…



En el aspecto mecánico hemos optado por la versión tope de tope. Motor diesel de 190CV, cambio automático y tracción a las cuatro ruedas conectable.

Hay un botón escondido a la izquierda del volante –influjo de sus sinergias niponas- que nos permite rodar sólo con tracción al eje delantero, en modo automático dejando que él decida lo que necesitamos (que en la práctica es tracción delantera con apoyo puntual de eje posterior) y un bloqueo electrónico de diferencial central que reparte la fuerza 50/50 a baja velocidad.



Nosotros hemos rodado la mayor parte del tiempo en modo Auto. Que es la gracia en un coche AWD. Ya he anticipado que es muy raro ver en el cuadro de mandos, donde hay gráfico del reparto de fuerzas, que el eje trasero reciba más de un 25% del par motor. Y eso en carretera sólo lo hemos experimentado en aceleraciones muy fuertes, pero sobre todo, al salir a caminos de tierra donde la motricidad quedaba más comprometida. Y está bien. Al fin y al cabo para un coche de planteamiento netamente urbano se trata de eso, de tener un apoyo, un empujón de vez en cuando y una asistencia que nos de seguridad cuando la cosa se complica.

Lo que me ha llamado la atención es cómo con este modo activado al Koleos se le atragantan los badenes hasta el punto de activar de manera patente el control de tracción y dejarte con cara de tonto librando el obstáculo sin apenas fuerza. Pensé que era cosa de la suspensión, que en estos coches una vez que van sin carga tiende a ser rebotona en el apartado trasero, pero con el modo 2WD no me lo hizo. Seguramente en modo 4x4 esté más atento.



Hablando de suspensión. Muy suave, blanda, confortable aunque con ese punto de rebote conduciendo yo sólo por urbanizaciones con bandas antivelocidad. No he tenido oportunidad de cargar el coche con pasajeros ni para ir al súper so pena de tremenda multa. Los frenos muy bien, la dirección.. pues como todas las direcciones modernas, poco comunicativa, y el consumo fijo en 7,7 litros a los 100kms recorridos de uso mixto en los que se incluyen los de los caminos forestales donde hicimos la sesión de fotos. No está mal dada la potencia y peso del coche, amén de su sistema de tracción integral. No hay modos de conducción, por cierto, y no se les echa de menos. Simplemente hay un botón ECO… con el que estropear las prestaciones del coche. Unas prestaciones que, aunque más que dignas, se quedan algo flojas si las comparas con las de la competencia. Por ejemplo el BMW X3 20d con la misma potencia aunque un poco más ligero de peso (18 kilos menos en orden de marcha) acelera y recupera mucho más rápido, así como marca una velocidad punta real 20 km/h superior a la del Koleos.

Y ello se los debemos “agradecer” a la caja de cambios por variador continuo que creo que la marca denomina X-Tronic. Esta es un prodigio de delicadeza en el rodar cotidiano, pero resbala demasiado en la salidas y obliga al motor a girar a unos regímenes muy elevados cuando se trata de recuperar. Y eso no es lo ideal para un diesel, con su momento de par generalmente más bajo. Con lo que en la mayoría de la ocasiones, obtenemos mucho ruido y pocas nueces. Al menos Renault no ha querido camuflar sus sistema de Vespino poniendo unas levas de cambio tras el volante como hacen otros fabricantes queriendo “quedarse con el personal”.
No obstante insisto, para rodar tranquilos o incluso a buen ritmo constante, la caja automática se comporta de manera satisfactoria.

En urbano lo que se notan son las dimensiones del coche. Y por ello creo yo que la cámara 360 debiera ser de serie por mucho sistema de aparcamiento asistido que lleve (él controla la dirección, tú los pedales). También os he dicho que lo hemos llevado al campo pero huelga decir que tampoco le pusimos contra las cuerdas y todo lo que se le pidió lo hizo bien. Que vamos, que de nos ser por la superior distancia al suelo donde es cierto que había piedras, el mismo recorrido lo podría haber cubierto un Renault Mégane sin dramas ni problemas.
Pusimos un par de veces el pseudobloqueo central, pero nos saltaba cada vez que pasábamos de 35 km/h.

Que después de nuestra pista de conos teníamos pensado llevarlo a nuestra pendiente de hierba resbaladiza… pero todo se fue a la mierda. Vino el virus del que muchos –con poco éxito- venían advirtiendo durante largo tiempo y hubimos de plegar velas y encerrarnos en casa esperando lo mejor. Que aún no se ha producido.



Por eso quiero aprovechar y dar el pésame a quien haya perdido a alguno de sus seres queridos, transmitirle todo mi ánimo al que está luchando contra la enfermedad ahora mismo aunque sea en su versión de síntomas más débiles y un guiño cómplice a todos los que estamos en casa, encerrados desde hace ahora mismo mes y pico. Vendrán tiempos mejores y los veremos. Creo que este año septiembre traerá 43 días para que quepan todos los eventos que hasta ese mes hay retrasados.

Pero espera, que estaba yo hablando del Koleos. A ver ,¿qué me queda?. Ah, bueno, pues que obviamente en esta versión está muy equipado justificando el buen dinero que vale, 42.436 euros sin descuentos, que es un importe a la altura de su competencia. Me gustaría un cuadro más personalizable ya que tiene que ser digital sí o sí, la añorada visión 360. Por lo demás, todo lo que pidas, lo tiene.