by AUTODOMINIS

Prueba del Renault Rafale Esprit Alpine Hybrid

Renault Rafale Esprit Alpine Hybrid

" Con su propia personalidad "

Puede parecer que el Rafale no es otra cosa que la versión “SUV-Coupé”, tan de moda, del Renault Austral. Sin embargo, hay una serie de diferencias en fondo y forma que lo dotan de una identidad singular en la gama.


Podemos empezar hablando del tamaño, porque el Rafale, “engaña”. Es un coche mucho más grande de lo que parece, de hecho, ofrece unas dimensiones casi calcadas a las del Renault Espace, aunque sensiblemente más bajo. Eso hace que sobresalga, nunca mejor dicho, sobre su hermano Austral, del que eso sí, toma la plataforma, al igual que el Espace.

También el hecho de que el Rafale fundamente su oferta en el acabado Espirit Alpine (también hay un “Techno” inferior) y se mueva mediante propulsores híbridos de 200 y 300CV, nos da cuenta de que el planteamiento del modelo es más deportivo que burgués.



Estéticamente es un coche bonito. Si antaño el espejo en el que mirarse en este “subsegmento” era el BMW X6, ahora parece serlo el Lamborghini Urus. Lo dejó claro el Peugeot 408 cuando se lanzó al mercado, creando casi la misma expectación a su paso que el SUV deportivo del Castillo de Santa Ágata Bolognese.
Pero a mí me gusta mucho más la interpretación de Renault que la de Peugeot. Su silueta resulta mucho más fluida, más orgánica, más aerodinámica. No en vano debe su nombre al de un famoso avión francés.

En el frente en la marca nos dicen que inaugura el nuevo lenguaje de diseño, con esas luces de día separadas de los grupos principales que se han afilado un poco más, pero en realidad, esto ya lo vimos con el restyling del Renault Clio hace pocas fechas. Sea como fuere, está muy logrado. Poco a poco veremos como estos detalles de van añadiendo al resto de modelos de la marca.



El perfil es macizo. La línea cupé está muy marcada, pero los poderosos pasos de rueda pintados en negro al igual que los bajos de la carrocería, las grandes llantas, los pliegues o las líneas de fuerza geométricas que exhibe la carrocería le dan una apariencia aguerrida. Eso sin hablar del alerón de techo que se intuye desde esta visión lateral, o lo bonita que resulta su pintura blanco mate efecto hielo.

Atrás, esa solidez se mantiene. El alerón es tan grande que parece un parasol, pero está perfectamente integrado. La luna acusa una caída muy pronunciada –como no podía ser de otra manera-, los grupos ópticos son bonitos y deportivos, y por cierto que se inspiran en el juego –puzle- chino del Tangram. Hay mucha chapa a la vista luciendo orgulloso su marca y denominación y bastante plástico brillante en los bajos del paragolpes. Pero no, Renault no se ha “pasado de frenada” incluyendo un deflector en los bajos ni tampoco ha pretendido engañar a nadie con falsas salidas de escape. En su lugar ha puesto las luces de marcha atrás y antinieblas. Bien hecho.



En el interior sí que puede decir que hay más de lo mismo. Una imagen conocida, unos materiales destacables y una disposición de los mandos y a los mandos calcada a la del Espace o Austral. Y esto no es nada malo, todo lo contrario, es bastante bueno, pues el fabricante del rombo hoy por hoy exhibe unos interiores bien pensados, bien realizados y bien lucidos. Hablando de esto último, tengo que destacar que la A de Alpine grabada en los asientos se ilumine por la noche. Es un detalle muy tonto, porque una vez que te sientas dejas de verlo, pero me parece una chulada que saca la sonrisa del niño de 5 años que todo hombre de más de 40 llevamos dentro.



Por lo demás tenemos un volante deportivo, con partes en cuero, partes en alcántara y triple pespunte con la bandera de Francia, la instrumentación digital común al resto de los modelos de la marca, asientos con buena sujeción –y bastante cómodos, por cierto-, decoraciones azules, mucho hueco –los de las puertas tapizados (otros modelo mucho más caros no pueden presumir de lo mismo), palito para el cambio, pantallón para el multimedia y la terrorífica bandeja desplazable para cargar el móvil. En serio, a mi me estorbaba la pusiera donde la pusiera. Lo bueno es que es opcional y el incordio se arregla no pidiéndola (porque también diré que por inducción el teléfono se carga a velocidad de tortuga y se calienta a temperatura de fundición…).
Por sacarle otro “pero” a esta parte del interior, diré el este acabado deportivo me resulta “demasiado negro”, pero no, no es un coche oscuro. También ayuda el hecho de contar con el techo panorámico sobre nuestras cabezas. Un techo sin toldilla pero con un curioso sistema electrónico de oscurecimiento.



Accedemos a las plazas traseras esperando encontrarnos con la incomodidad propia de lo cupé de su carrocería. Pero no es así. Ya de entrada me sorprende lo mucho que abren sus puertas y, una vez dentro y sentado, el techo se mantiene alejado de mi cabeza, incluso en la plaza central. No sé si han bajado la altura de la banqueta con respecto a un Espace/Austral, pero esta claro que no hay problema a la hora de que adultos usen estas plazas. Obviamente el arco de pilar C queda más próximo que en los otros dos modelos, pero nos es nada dramático.
Como tampoco lo es el espacio tanto longitudinal como transversal, ni en la zona de los pies aunque sí que hay un resalto central, pero deja espacio suficiente a los lados. También hay salidas de aire independientes, redes en los respaldos y tomas USB tipo C para los pasajeros. Pero no hay logos en los respaldos que se iluminen. Mecachis.



El maletero cubica 532 litros de capacidad. Dadas las dimensiones del coche, no es para tirar cohetes, pero está dentro de los parámetros de los SUV con este tipo de carrocería cupé. El hueco es regular, el plano de carga queda cercano al suelo, bajo su tapa hay una rueda de repuesto de emergencia, y la apertura del portón es motorizada.



Desde el punto de vista dinámico, el Rafale es sin duda uno de los SUV híbridos más agradables de conducir. La propulsión está encargada al conocido tándem motor de combustión de 3 cilindros y 1.299 c.c. con el apoyo inestimable de un grupo eléctrico compuesto por un motor eléctrico de 68 CV y un generador de 34, alimentados por una batería de 2kwh de capacidad. La potencia conjunta es de 200CV que se transfieren a las ruedas delanteras a través de una “no-caja-de cambios” automática de pares de engranajes.
Es el mismo esquema empleado en los Austral/Espace anteriormente probados por aquí, sin embargo, si bien el agrado, la progresividad o la suavidad de la marcha es similar a baja y media velocidad, sí que he notado algo más vibrante al Rafale en cuanto se le exige mayor desempeño, tanto en modo Sport como Comfort. Puede que los técnicos de Renault hayan salpimentado un poco la electrónica del modelo o sea simplemente una “sensación”, prácticamente lo mismo me vale lo uno que lo otro, porque lo que el Rafale deja claro a sus mandos es que se está conduciendo algo superior a un Austral y más deportivo que un Espace.



En esa percepción algo tiene que ver lo afinado de su chasis, con una suspensión perfectamente calada entre la comodidad y la firmeza (más hacia esto último), unos frenos muy buenos y una dirección asociada al sistema “4control advanced” de la marca, que incorpora dirección al eje trasero. Hasta 50 km/h este eje vira sus ruedas hasta 5 grados en el sentido contrario de las delanteras y, a partir de 120 km/h (Hola multa…) vira hasta un grado en la misma dirección que el eje delantero. Creo que esta versión “advanced” ha alcanzado su plenitud, pues si bien siempre me había gustado este sistema, no modificaba en exceso el buen rodar del modelo. Simplemente te hacía la vida más fácil, mientras que ahora, se nota cómo trabaja con un punto extra de sensaciones y prestaciones (entiéndame señor guardia, lo tenía que probar a alta velocidad…).



El consumo ha sido en todo caso muy bajo. En nuestro recorrido de pruebas, con preeminencia de tramos de alta velocidad, marcó 6,1 litros de media en los 100 kms recorridos, mientras que a lo largo de la semana de prueba, con un uso más intenso en entornos urbano e interurbanos, se conformó con 5,7 l.
Si hay un pero que le tengo que poner a su rodar es el ruido. No del motor, que también, una vez que se le exige, pero sobre todo aerodinámico y de rodadura.



Rematando con el equipamiento decir que este Rafale Esprit Alpine viene extraordinariamente completo, aunque deja en su lista de opcionales tanto las cámaras 360 como la regulación eléctrica de sus asientos o el head up display. Y son 46.870 euros (abril de 2025) que pueden pueden bajar de los 45 si lo sabemos negociar. El coche desde luego los vale. Es un modelo que, aunque toma elementos de otros Renault, los combina de tal manera que logra formarse su propia personalidad. Una personalidad de SUV grande y bien hecho que se conduce y consume como un compacto con ínfulas deportivas.


NUESTRA NOTA: 9.5
Valoracion prueba 9.5
Cosas a favor

Agrado de conducción
Estética y habitabilidad
Consumos y tacto deportivo

Cosas en contra

Ruido de rodadura
Precio algo elevado
La bandeja de carga del móvil estorba

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.199 c.c.
  • Potencia: 200 CV CEE
  • Par: 205 NM
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: automática múltiples relaciones
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 471/186/163 cms
  • Peso: 1.735 kgs
  • Ruedas: 245/45R20
  • Maletero: 532 l
  • Cap. Depósito: 55 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 180 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 8,9 seg
  • Consumo medio oficial: 4,8 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, sistema de frenada de emergencia, alerta de fatiga, control de velocidad activo, control de carril, cámara trasera, sensores de parking delanteros y traseros con alerta de tráfico cruzado, detector de ángulo muerto, faros full LED, acceso y arranque sin llave, modos de conducción, portón trasero eléctrico, instrumentación digital, portagafas, pantalla multimedia 12", servicios Google...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Renault Rafale Esprit Alpine Hybrid

  • Lo de la A iluminada en los asientos delanteros es un detalle muy original y vistoso.

    Lo de la A iluminada en los asientos delanteros es un detalle muy original y vistoso.
  • El techo panorámico llamado Solarbay se opaca por segmentos a golpe de botón.

    El techo panorámico llamado Solarbay se opaca por segmentos a golpe de botón.
  • Las pantallas son grandes, modernas y personalizables. La central conserva botones físicos en su base.

    Las pantallas son grandes, modernas y personalizables. La central conserva botones físicos en su base.
  • En estas imágenes se aprecia el funcionamiento del sistema 4control a baja velocidad.

    En estas imágenes se aprecia el funcionamiento del sistema 4control a baja velocidad.
  • El Rafale es un coche bonito, bien diseñado y bien acabado tanto por fuera como por dentro.

    El Rafale es un coche bonito, bien diseñado y bien acabado tanto por fuera como por dentro.
  • Este Renault es uno de los híbridos de nuestro mercado más agradable de conducir en cualquier situación.

    Este Renault es uno de los híbridos de nuestro mercado más agradable de conducir en cualquier situación.
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