by AUTODOMINIS

Prueba del Opel Frontera Hybrid 145 GS

Opel Frontera Hybrid 145 GS

" Sencillamente "

Opel recupera uno de sus nombres emblemáticos para denominar a este nuevo SUV de tamaño compacto, que viene a ocupar el escalón en su gama entre el Mokka y el Grandland.


Cuesta hacerse a la idea de que aquel antiguo Frontera, un 4x4 de verdad de los años 90 con mimbres de Isuzu, se haya podido convertir en esto. Pero el mercado obliga y hoy por hoy lo que “pega”, “está de moda” o, simplemente se vende, es esto.
Que también podían haber escogido otro nombre, pero eso vale dinero y al parecer, cada vez más marcas están dispuestas a ahorrárselo aún a costa de cargarse su propio legado. Véase el Capri eléctrico de Ford o el Prelude híbrido que acaba de presentar Honda.



Bien, sea como fuere, este Frontera del siglo XXI viene a ofrecer una alternativa más espaciosa que la que presta el Mokka y algo más reducida de la de su hermano mayor, el Grandland. Eso sí, llama la atención cómo su planteamiento es notablemente más sencillo que el de los antemencionados.
Por supuesto este Opel comparte plataforma con sus primos-hermanos de Stellantis Citroën C-3 Aircross y Peugeot 2008, por ejemplo, ofreciendo otra interpretación del mismo coche dentro del grupo. Nada a lo que no estemos ya acostumbrados.

De entrada el Frontera es un coche bien dimensionado, con una estética de SUV tradicional bien marcada en su perfil y sin grandes complejidades de diseño. El morro presenta el denominado “Razor View” de Opel al que yo le sigo viendo una pega: logo negro sobre fondo negro no se ve, y no es precisamente un modelo tan carismático como para que la gente identifique su fabricante con sólo ver su silueta. Por lo demás el morro es bastante robusto, con tomas de aire falsas y auténticas y unos faros LED sencillitos pero con una atractiva luz de día.



El capó es muy plano y en este acabado techo, retrovisores y manetas venían pintados en negro brillante, no así los bajos o los pasos de rueda, que conservan su acabado plástico puro y duro. Preferible a la hora de dar imagen ruda y salir circunstancialmente a algún camino de tierra. Por cierto, nuestro Frontera traía ruedas de invierno, un opcional disponible en su lista de accesorios.

La trasera está mas trabajada. No sé por qué a mi me recordaba la de un Seat Arona con asteroides.
El cristal del portón se prolonga por los lados uniéndose a los cristales de las terceras ventanillas del lateral. Por arriba se remata en un prominente alerón a modo de visera y por abajo con una pieza plástica en forma de protector de bajos.
Los pilotos, alargados y partidos, extiende un tramo por la tapa y los catadriópticos quedan ubicados en los lados del paragolpes, dando mayor sensación de anchura. No hay falsas salidas de escape sino un sincero tubo que asoma, disimuladamente, por el lado derecho.



Y es un coche “altito”. El recorrido de la suspensión tiene más de un palmo con lo que se puede permitir afrontar algún que otro camino en mal estado o subirse sin problemas a los bordillos. Incluso todo ello le da una apariencia de coche más grande lo que es, al menos hasta que lo aparcas al lado de, no sé, un Skoda Kodiaq o un BMW X5. Ahí se acaba la “magia”. Yo aparqué un día al lado de un Ford Ranger Raptor y el pobre Frontera parecía un coche de juguete… Y es que no nos debemos llamar a engaño, pues es un coche de 4,35 m de largo por 1,79 de ancho.

En el interior es quizá donde más sale a relucir la sencillez del modelo. La instrumentación digital es básica y no admite configuración, el volante es muy chulo pero ya lo hemos visto en la gama, los materiales, que en el apartado textil son reciclados y reciclables, resultan simplemente correctos con bastante plástico duro a la vista. La pantalla multimedia es básica pero muy diligente y, loado sea el Señor, el climatizador, de una única zona, va en módulo aparte. Bajo él encontramos un cargador por inducción, tomas USB y, más atrás, unos posavasos grandes con unas divertidas cintas elásticas a sus lados con el perfil del coche dibujado.
Como no hay palanca de cambios sino una accionador modo pestaña ni freno de mano sino un botón, por esta zona ya estaría. Tampoco hay modos ni equipamientos complejos. De hecho, por no haber, no hay ni botón de arranque, sino la clavija para la llave de toda la vida. Eso sí, el Opel no arranca inmediatamente al girar la llave. Giras, pasa medio segundo, y entonces el motor arranca. Curioso.



Sí que hay un par de botones a la izquierda del volante para desactivar algunas de las “ayudas” a la conducción más molestas, como el control de carril y el avisador de límite de velocidad. Que ya sería molesto funcionando bien, pero es que en ningún coche lee lo que debe leer y se pasan el rato pitando y tú echando de menos tu Volkswagen Polo de 2005. Bueno, es cosa mía, pero lo del Polo me viene al pelo para remarcar lo sencillo que es este Frontera en concepto y desarrollo.



Para acabar con la parte delantera diré que hay buenos huecos y guanteras, aunque lo que yo pensé que era una idea genial para dejar el mando de la puerta del garaje a la izquierda del volante no era tal, pues es una pequeña oquedad que no retiene lo más mínimo lo que deposites en ella a nada que circules ligero, con lo que me tocó buscar el puñetero mando un par de veces bajo los asientos. También hay una repisa frente al acompañante que imagino servirá para lo mismo. Para poco o casi nada, en realidad.

Las plazas traseras son fantásticas. Los asientos son estupendos, incluso la plaza central. El tapizado parece aguantarlo todo y el espacio es destacable. Tres pasajeros de talla normal deberían viajar sin estrecheces ni problemas de altura. Importante regular bien los reposacabezas, que en su posición plegada te quedan casi a mitad de la espalda. Pero se suben, y mucho.
El suelo no es del todo plano merced a la batería del sistema híbrido, pero apenas levanta un par de dedos.
No hay salidas de aire pero sí vidrios oscurecidos y dos tomas USB tipo C.



El maletero es amplio. La tapa es manual y da acceso a un hueco regular con doble fondo, con una tapa de una calidad manifiestamente mejorable, todo hay que decirlo. Cubica 460 litros totales, tiene luces y ganchos para las bolsas. El plano de carga queda enrasado con el protector negro del paragolpes, a una altura muy asequible.



Como vemos, todo muy sencillo y funcional. Así es este coche.

Ello se extiende a su funcionamiento. Bajo las entrañas nos encontramos la propulsión híbrida conocida encargada a un motor de combustión de tres cilindros, 1.199 c.c. y 136 CV de potencia, apoyado en un generador eléctrico de 21 kw alimentado por una batería de 0,89 kwh de capacidad nominal. Son 145CV combinados trasmitidos a las ruedas delanteras mediante una caja de cambios automática de doble embrague y 6 relaciones. Así, el Opel se puede permitir rodar sin tirar de gasolina unos tres kilómetros –siendo suaves- y aquilatar un consumo medio que, en nuestro recorrido mixto de prueba, ha marcado unos reseñables 5,3 litros a los 100 kms recorridos. Exactamente el dato oficial. Olé.



En todo caso esos más de 140CV fueron suficientes, pero no tantos como para hacer del Frontera un coche rápido. De hecho es y se percibe como un coche tranquilo. Le gusta rodar relajado consumiendo lo mínimo y sin que el ruido de rodadura, que lo hay, moleste a sus pasajeros.
Sus suspensión, blanda y de gran recorrido, invita a ello. Su dirección tampoco es un prodigio de tacto y sus frenos, cumplen de sobra a ritmos razonables. Si le buscamos las vueltas al coche yendo fuertes en una carretera de curvas, la carrocería bambolea, los frenos se cansan, la dirección abre las trayectorias y la caja de cambios se hace un lio. Quizá un “modo Sport” solucionaría algo la papeleta, pero ni lo hay ni, ciertamente, hace falta. Mejor bajar el ritmo y disfrutar del paisaje.



Ya he dicho que el Frontera es alto, y añadiré que tiene buenos ángulos de entrada y salida, incluso que dispone de ruedas de invierno, ahora, de ahí a creerse a los mandos de un todo terreno… Caminos de tierra, calzadas en mal estado y carreteras cubiertas con una fina capa de agua nieve. Ahí sí puede ser válido.
También es cierto que, dada su sencillez, a lo Dacia de hace años, puedes “castigarlo” un poco más sin miedo a que se rompan cosas que no tiene. Eso es ya cosa tuya.



Cerramos con su precio, de 27.600 euros para esta versión tope de gama. Me parece más que correcto. Está bien equipado, tiene buena capacidad para carga y pasajeros, consume poco, trae etiqueta ECO y, para mí lo más importante, sin ser escaso y mucho menos deficiente, es de una sencillez que convence.


NUESTRA NOTA: 8
Valoracion prueba 8
Cosas a favor

Sencillez de planteamiento y funcionamiento
Espacio interior y maletero
Consumos y agrado mecánico

Cosas en contra

Cuadro soso, materiales pobres
Tirones en maniobras, funcionamiento híbrido difuso
Ruidos mecánicos y de rodadura a alta exigencia

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.199 c.c.
  • Potencia: 145 CV CEE
  • Par: 230 NM
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: automática 6 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 438/179/163cms
  • Peso: 1.344 kgs
  • Ruedas: 215/60R17
  • Maletero: 460 l
  • Cap. Depósito: 44 l
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 194 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 9,1 seg
  • Consumo medio oficial: 5,3 l/100 kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, sistema de frenado de emergencia, control de velocidad, control de carril, detector de fatiga, avisador de objetos en el ángulo muerto, climatizador, lector de señales de tráfico, sensor de luces y limpias, faros LED, cámara trasera, ordenador de viaje, conectividad android/IOS, pantalla táctil de 10", navegador, lunas traseras tintadas, instrumentación digital...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Opel Frontera Hybrid 145 GS

  • El cuadro es sencillo, como todo en este coche, pero resulta completo y muy visual.

    El cuadro es sencillo, como todo en este coche, pero resulta completo y muy visual.
  • El interior está bien resuelto, a pesar de que los materiales son básicos. La pantalla central se ve y funciona muy bien.

    El interior está bien resuelto, a pesar de que los materiales son básicos. La pantalla central se ve y funciona muy bien.
  • Detalle del pictorama en los posavasos y señal de que su tapicería, procede de prendas recicladas.

    Detalle del pictorama en los posavasos y señal de que su tapicería, procede de prendas recicladas.
  • El climatizador es de una zona, pero dispone de pantalla y mandos independientes.

    El climatizador es de una zona, pero dispone de pantalla y mandos independientes.
  • Sin duda este nuevo frontal le da personalidad a los Opel, pero hace que el logo desaparezca.

    Sin duda este nuevo frontal le da personalidad a los Opel, pero hace que el logo desaparezca.
  • Trasera distinta y atractiva.Los pilotos sobre el portón son puramente estéticos, pues carecen de función asignada.

    Trasera distinta y atractiva.Los pilotos sobre el portón son puramente estéticos, pues carecen de función asignada.
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