by AUTODOMINIS

Prueba del Peugeot RCZ 1.6THP 200CV

Peugeot RCZ 1.6THP 200CV

" De notable a sobresaliente "

Como el estudiante cualificado que se sabe capaz de más, el RCZ valora la nota obtenida aquí en su variante gasolina más humilde, pero ahora repasa la lección y vuelve con nuevas armas para subir nota: el mismo 1.6THP… pero con 200CV.


Para ser sincero, el anterior RCZ que probamos en esta web estaba más cerca del sobresaliente que del más común notable. Costó sacarle defectos, de hecho, tuvimos que ir más allá del concepto del coche en sí para encontrarlos. Porque el producto RCZ es un producto extraordinario analizado a solas o frente a su competencia.

No obstante yo sabía que le faltaba “algo”, y en la marca también, es por ello que solicité la prueba de su variante más potente para ver si lo encontraba en él. Y vaya si lo he hallado. Pero vayamos por partes.



Y primero la parte de fuera. Su silueta lo vuelve inconfundible, lo puedes odiar o amar, pero jamás quedar indiferente. Los pasos de rueda tan marcados, un morro al acecho, un maletero largo rematado en alerón retráctil, pilotos perfectamente integrados, techo con doble cúpula, ventanillas en doble nivel, difusor trasero, doble y generosa salida de escape cromada… y detalles, detalles y más detalles que hacen que el Audi TT a su lado parezca una copia Low Cost en términos de diseño.

Además me encanta –y a la mayoría de sus futuros compradores seguro que también-que el coche sea ampliamente personalizable. Podemos empezar por el color de la carrocería (este rojo anaranjado es chulo, ¿eh?), para seguir con la más de media docena de tipos de llantas (de 17”, de 18”, cromadas, pulidas, pintadas…), elegir si el techo lo queremos en acabado de fibra de carbono, negro brillante o negro mate, al igual que la carcasa de los espejos y, si nos gusta, haciendo juego con la pieza central del parachoques delantero o las pinzas de freno. A nada que nos lo trabajemos nos quedará un automóvil francamente bonito y de configuración casi única.



En el interior es distinto. La personalización pasa por montar salpicadero forrado en cuero o no. Mejor que sí, y ya está.
Pero es que tampoco hace falta más.
Como ya comenté en su día se le puede criticar a la marca gala por la falta de imaginación a la hora de abordar el interior de un coche tan caprichoso, pero es lo mismo que se podría decir de cualquier marca germana, aunque en ese caso muchos de mis compañeros lo tacharían de “un interior sobrio pero de enorme calidad”. Pues esto también nos vale para este coche. Quizá si nos ponemos boca abajo y reptamos bajo el salpicadero encontraremos algún plástico duro de peor calidad que el resto, pero… ¿A quién le importa cuando están bien sujetos y bien escondidos? Lo que el salpicadero deja a la vista es bueno y bueno parece. El reloj analógico entre las toberas de ventilación, los botones con aros cromados, los aireadores del climatizador, la palanca de cambios… incluso el cenicero. Lo que menos me ha gustado es el acabado de la consola central de plástico imitando… ¿plástico negro? Bueno, al menos, honesto.
Y sí, por lo demás es el interior del 308, lo cuál lejos de ser una rémora habría de ser una garantía.



El volante tiene un aspecto muy racing con sus achatamientos y agarres tan marcados, pero su uso resulta sencillo y placentero. La instrumentación resulta completa, los asientos recogen muy bien en su mullido de perfecta dureza y con bonito logo en relieve sobre los cabeceros. Muy buena visibilidad hacia atrás, por cierto.



El acceso a las plazas traseras anticipa lo que te vas a encontrar cuando llegues a ellas: incomodidad, pero una incomodidad sostenible… si atendemos a la filosofía del coche, la cuál nos dice “Hey, soy un cupé de diseño, al menos da gracias de que tengo algo tras las plazas delanteras”. Como digo no son plazas grandes, pero tanto Joselito como Torrebruno (o dos niños, si me apuras) viajarán con aceptable desenvoltura.
Lo mejor está más atrás, y es el maletero. De sobresaliente, pero esta nota ya la tenía…



Me acomodo a sus mandos en tres movimientos y arranco su mecánica. Ésta es el mismo 1.600 c.c. de 4 cilindros desarrollado al alirón junto a BMW (que monta en sus Minis) y potenciado con respecto a la versión de 156CV merced a una distribución variable (admisión y escape aquí, en el otro sólo admisión) y a una mayor presión de soplado del turbo, que llega en este caso a los 2.2 bares. Esto es ya un vendaval. Y lo bueno es que sopla desde muy abajo.

Con todo ello me pongo en marcha. Al ralentí suena tan discreto que te hace dudar si se te ha calado. Selecciono primera en su caja de cambios guarrindonga Made-in-Peugeot “hazme lo que quieras que no se lo diré a nadie” y salgo lanzado acompañado de un “bufido” embriagador producto de una membrana escondida en una caja de resonancia tras el salpicadero. Es artificial, sí, pero es genial. No puedo evitar apurar las marchas para deleite de mis oídos… hasta que me doy cuenta de que estoy apunto de doblar el nuevo y estúpido limite de velocidad de nuestras autopistas. Y yo con estos pelos. Por lo de la foto del radar, digo.



La aceleración de este THP200 es lineal, sin aspavientos ni baches entre relaciones. Sus recuperaciones también son de aplauso. Pasa de ser muy rápido en sexta para ser un tiro en quinta. Y el chasis, fantástico. Dirección rápida y precisa, pisada rotunda… y en ocasiones dura, no lo voy a negar, y frenada contundente.

En carreteras viradas su enorme agarre sobre el tren delantero hace que por un momento (o dos) parezca un coche de propulsión trasera, puesto que a la salida de horquillas cerradas abriendo gas sin piedad es la zaga la que se abre paso hasta redondear el giro.



Con todo ello no quiero vender este automóvil como “deportivo de raza” (son tan pocos lo que ya en realidad quedan…) ya que se puede conducir como turismo con el bramido del motor no más que susurrando y disfrutando del paisaje. El consumo, en ese momento bajará de los 9 litros “con el machete entre los dientes” a unos más que aceptables 8,1 litros reales a los 100 kilómetros recorridos. Esto son 0,2 litros más de media que su versión menos potente. Y créeme, valen la pena esos 25 kms menos de autonomía. Si aún así te parece mucho, creo que también hay por ahí un RCZ diesel que me niego a probar por principios, porque montar en un coche como este una mecánica de gasóleo es como poner a Superman una capa de lana. Ahí lo dejo.

Acabada la prueba, ha llegado la hora de la verdad. ¿Conseguirá el RCZ subir nota?



Bueno, el coche aún conserva defectos, como que hay que subir y bajar el alerón a dedo (dejándotelo olvidado subido o bajado la mayoría de las veces), el guarnecido del motor es mejorable (a todo esto, sólo aquí verás que es la versión 200CV porque lo pone sobre la tapa de la culata), las plazas traseras son comprometidas y hay algún plástico chuchurrío fuera de la vista. Sin embargo, motor y chasis son excelentes, como lo es su estética, acabados, consumo, equipamiento… sin olvidarnos de su sonido de coche de carreras. También tiene un buen maletero y un interior bien pensado. Además, a tope de opciones como venía nuestra unidad de prueba es difícil romper la barrera de los 36.000 euros que con facilidad fulmina su competencia (TT, Scirocco…) a nada que los “personalicemos”.

Como valor subjetivo he de decir que fue ayer cuando se lo devolví a Peugeot, y hoy ya lo estoy echando de menos. Sinceramente creo que este RCZ THP 200CV es el mejor coche del segmento que se puede comprar por ese dinero, y así lo reflejo en su nota y lo celebro. Valga como fiesta de cumpleaños por nuestra parte, pues este mes cumplimos tres años. Pero no como regalo, yo no obsequio nada a este coche -ni a ninguno-, él solito se lo ha ganado. Enhorabuena Peugeot. Primero en la tabla tras tanto tiempo.



NUESTRA NOTA: 10
Valoracion prueba 10
Cosas a favor

Motor
Chasis
Relación calidad/precio

Cosas en contra

Guarnecido motor
Plazas traseras pequeñas
Alerón de accionamiento manual

motor
MOTOR
  • Cilindrada: 1.598 c.c.
  • Potencia: 200 CV CEE
  • Par: 28 mkg
  • Tracción: delantera
  • Caja de cambios: manual 6 velocidades
dimensiones
Dimensiones
  • Largo/ancho/alto: 428/184/136 cms
  • Peso: 1.297 kgs
  • Ruedas: 235/40R19 op.
  • Maletero: 321/384l
  • Cap. Depósito: 55
prestaciones
Prestaciones
  • Velocidad máxima: 237 km/h
  • Aceleración 0-100km/h: 7,5 seg
  • Consumo medio oficial: 6,9 l/100kms
equipamiento
Equipamiento
  • Equipamiento: Equipamiento: ABS, BAS, EDB, ESP, TCS, 6 airbags, bluetooth, climatizador bizona, control de velocidad, control de aparcamiento, control de presión de neumáticos, faros y limpiaparabrisa automáticos, faros de xenon, ordenador de a bordo, pedales de aluminio, equipo de audio CD-MP3-Aux-USB...

"Bonus Gallery"
Fotografías del Peugeot RCZ 1.6THP 200CV

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